Enamorados del barrio, la calidad de la construcción y la exclusiva terraza perimetral, los propietarios de la vivienda no lo dudaron cuando la vieron por primera vez y decidieron comprarla al instante. Son dos galeristas de origen belga que residen en Londres, además de fundadores de la consultora inmobiliaria Knight Frank, empresa que comercializa este fabuloso ático. Deseaban un pied-à-terre en Madrid, a ser posible un ático. “Están encantados con esta ciudad y les pareció muy apetecible el carácter céntrico del piso y que se encontrara en un edificio muy completo (garaje, gimnasio, zonas ajardinadas...)”, asegura el interiorista artífice del proyecto de rehabilitación y decoración, Raúl Martins.
Y no nos extraña, especialmente si tenemos en cuenta que el ático se ubica en una construcción histórica, junto al Museo Reina Sofía, que ha vivido varias remodelaciones hasta dar con esta, la definitiva. Se trata de una construcción del año 1769, a la que el barón de La Joyosa (1850) añadió una fachada clásica que hoy en día aún se conserva. Sin duda, era todo cuanto necesitaban. Lo compraron y lo sometieron a una reforma integral. “Se rehízo la planta, los acabados, las instalaciones... Los espacios iniciales eran angostos y compartimentados y se apostó por crear una circulación confortable, un modelo open space en su parte más pública, abrir la casa a la terraza perimetral y dotar al dormitorio principal de una zona de vestidor”, cuenta el interiorista. La principal dificultad y uno de los grandes éxitos de la casa reside en el rediseño espacial y en la actualización de los acabados con toques de color, papeles pintados.... Hoy es una casa amable, joven, con buen colorido y muy equilibrada.
Realización Fhe.es