Crear una residencia que se fusionara con el entorno natural y salvaje del interior de Brasil. Ubicada en una de las islas del Rio Doce a su paso por la ciudad de Governador Valadares -en el Estado de Minas Gerais-, esta vivienda recupera la esencia colonial imperante en lo que antaño fuera la meca de la fiebre del oro en el país. Una residencia creada para fusionarse entre las calles de adoquines e iglesias barrocas características de la región.
Como resultado, una impresionante residencia, de 365 m2, en la que destaca la abundante presencia de piedra. Sus habitantes son una pareja con tres hijos: dos niñas de diez y cuatro años y un niño de seis meses. Una familia muy unida que quería un lugar donde poder reunirse con amigos y en el que disfrutar del tiempo libre.
El arquitecto João Daniel llevó a cabo el proyecto de construcción de la propiedad, desde el detalle arquitectónico hasta la carpintería y la decoración final. Al encontrarse en una isla, la preocupación principal de los propietarios eran las posibles inundaciones provocadas por el aumento del volumen del agua en el río Doce, a consecuencia de las lluvias.
Para ello se optó por elevar el piso completo 2,70 metros sobre el nivel dela calle, ofreciendo unas vistas impresionantes del paseo marítimo de Orla y la altura de las copas de los árboles. La propiedad también cuenta con toda la parte íntima y social frente al sol de la mañana.
La inspiración y concepción del proyecto provino de todo lo relacionado con una historia afectiva, cada acabado, mobiliario, adorno fue especialmente adquirido y monitoreado de cerca por los clientes.
Un proyecto esencialmente rústico donde predominan la piedra y la madera logrando como resultado un espacio muy acogedor completado por los detalles escogidos de manera muy cuidadosa por los propietarios en los que prevalece su valor afectivo y la historia que hay tras de ellos. Un auténtico hogar que hablar de sus habitantes.