Por mucho que algunos se empeñen en hacer de menos el trabajo del interiorismo, decorar no solo consiste en crear ambientes siguiendo las últimas tendencias. Y sí, hay una rama de la ciencia que lo demuestra: la neuroarquitectura.
Esta disciplina ha dejado claro que la decoración de un hogar no solo es importante para la organización del espacio y la luz, sino que, además, influye en el cerebro y las emociones. Al elegir las formas y colores, influyes sobre el cerebro de los habitantes e invitados, puedes hacer que se sientan más seguros y relajados, o estimularlos para explotar toda su creatividad.
Seguro que alguna vez tú también has experimentado esta sensación sin darte cuenta. Por ejemplo, en espacios como hospitales o dentistas, donde es más común estar nerviosos, se opta siempre por tonos suaves como el blanco para favorecer la relajación. O, por ejemplo, si alguna vez has estado en una habitación pintada por completo de rojo y detalles de decoración de colores muy saturados, es posible que hayas acabado sintiéndote abrumado y con nerviosismo. Eso es porque el color afecta directamente en cómo nos sentimos, pero no es el único factor.
Homefullnes, la clave para una buena decoración
La base para conseguir un espacio deco que favorezca el bienestar es aplicar el mindfullnes a la decoración. De esta manera, se intenta conseguir un espacio agradable, que transmita paz y nos ayude a conectar con nosotros mismos. Esta “decoración consciente” se pone en práctica escogiendo materiales naturales y piezas artesanales, aprovechando la luz natural y apostando por un espacio limpio y ordenado, fundamental para lograr también un orden mental.
Los expertos de Freehand Arquitectura, el estudio Boutique de Arquitectura Passive House Designers fundado por la arquitecta mexicana Lourdes Treviño Quirós, nos cuentan todo sobre las claves de decoración que más afectan al estado de ánimo y bienestar.