En el barrio del Poblenou, también conocido como el 22@ de Barcelona, son muchos los espacios colaborativos y centros de coworking que componen el tejido urbano de un distrito que combina a la perfección la innovación tecnológica con las raíces industriales. De hecho, entre sus calles, todavía podemos vislumbrar la silueta de alguna chimenea, así como viejos almacenes que datan de principios del XX. Un barrio que es también fuente de diseño y creatividad por sus numerosas galerías y centros de arte, y en el que decenas de empresas han decidido instalar sus oficinas.
Además de los altos edificios como la Torre Glòries, en el dibujo urbano de este barrio, también podemos encontrar espacios más pequeños y en consonancia con la historia del Poblenou más industrial. Es justo lo que ocurre en esta antigua nave de 1942 que hoy os presentamos y en la que se ha hecho una rehabilitación integral para convertirla en unas nuevas oficinas.
El proyecto, a cargo del estudio de arquitectura Isern & Associats, con el arquitecto Daniel Isern al frente, insiste en el diálogo tradicional entre el edificio existente y el nuevo uso, representado por los límites establecidos entre uno y otro. Antes de la intervención había servido de almacén, por lo que se encontraba en muy mal estado de conservación.
El objetivo principal fue mantener la esencia del espacio diáfano de la nave, de modo que únicamente se distribuye en la zona de entrada, un pequeño espacio correspondiente a baños y office y zona de almacenamiento, imprescindibles para la funcionalidad de las oficinas.