Modernidad y tradición en un apartamento toledano del siglo XVI

Sara Torrijos, interiorista del estudio Lotoarchilab (Lorente & Torrijos Architects), diseña un magnífico apartamento en una finca del siglo xvi, en el barrio judío de Toledo. Una propuesta impactante y acogedora, envuelta de sentido y esencia históricos

Modernidad y tradición
Modernidad y tradición

  • Texto: Fotos Daniel Martín Carpio I Texto Elena da Costa

Este es un dúplex que forma parte de una fantástica finca histórica del siglo XVI que ha sido cuidadosamente rehabilitada. No en vano se encuentra en un emplazamiento inmejorable, en el corazón del barrio judío del casco histórico de Toledo. Los propietarios, inversores amantes de la historia y el arte, se enamoraron de esta vivienda, que rápidamente decidieron incorporar a su patrimonio y destinarla a un uso turístico de alto nivel.

Para ello, y como desde hace años vienen haciendo, confiaron en el trabajo del equipo del estudio de arquitectura e interiorismo Lotoarchilab, del que destacan su visión del diseño de interiores para obtener un resultado destinado al público más exigente. “El inmejorable feeling con el cliente y nuestro largo recorrido juntos, además del amor por el detalle y el diseño que compartimos, me permitió desarrollar la creatividad sin límites”, comenta Sara Torrijos, interiorista de Lotoarchilab. Y comenta que el único requisito que le pidieron fue: 

“Queremos un resultado top que enamore a los clientes a primera vista”.

Para Sara, el objetivo era crear un espacio acogedor, impactante y envuelto en la esencia de lo histórico. Así, en la planta baja se ubicaron el dormitorio, el baño y un pequeño trastero, mientras que en la superior se instaló el espacio principal, con salón, comedor y cocina. Por su parte, se diseñaron grandes ventanales en el salón y el dormitorio, abriéndolos al precioso patio toledano restaurado, donde se pueden encontrar artesonados policromados y yesería judía, y ganando un importante caudal de luz natural. La vivienda se encontraba recién rehabilitada, con fantásticas carpinterías de madera y techos con un espectacular entramado de vigas.

Por supuesto, se conservaron, y Lotoarchilab las potenció e integró en la decoración aplicándoles un delicado barniz en tono miel. Por otro lado, el  color claro de las paredes se convirtió en un perfecto lienzo en blanco, aunque en el suelo reinaba una baldosa oscura que le restaba encanto, así que “la sustituimos por una tarima casi blanca que potenciase la luminosidad”, asegura Sara. Además, las imponentes vigas se complementaron con tonos blancos y una cuidada distribución del mobiliario. Se eligieron piezas de acabados naturales como la piel, la madera, el ratán, la enea, etc. que hiciesen los espacios acogedores.

“El mayor reto fue crear un diseño contemporáneo con pinceladas de aire tradicional”.

En la cocina no existía ventana, por lo que “imaginé un espacio blanco, limpio, delicadamente separado del comedor por unas celosías geométricas diseñadas en nuestro estudio. Por supuesto, no podían faltar los sofisticados toques dorados y la señorial presencia del mármol”, comenta la interiorista, y añade que “el mayor reto fue crear un diseño contemporáneo con pinceladas de aire tradicional”, pero lo logró , con elegancia y un toque irreverente.

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Fotos Daniel Martín Carpio I Texto Elena da Costa