Vigo es nacionalmente conocido por su tradición pesquera y la simpatía de sus gentes. Una localidad en constante crecimiento que se moderniza y, ejemplo de ello, esconde verdaderas joyas vanguardistas. Es el caso de esta vivienda, situada en una zona céntrica de la ciudad gallega, que ha sido rehabilitada ganando espacio, luminosidad y frescura, una auténtica oda para los sentidos.
El piso inicialmente presentaba una disposición excesivamente compartimentada y muy alejada de las necesidades del cliente. Demasiadas estancias, muy ajustadas en superficie, y con una ventilación e iluminación pobres en aquellas habitaciones que no estaban alineadas con la fachada.
La reforma, realizada por el estudio Erbalunga, ha reestructurado las estancias de la vivienda logrando una continuidad espacial entre las distintas partes. Esta nueva distribución permite que la luz que entra a través de la fachada incida en toda la vivienda y nos orienta a descubrir el funcionamiento de la casa de una forma más lógica.
“Se genera una secuencia de espacios servidos, organizados desde los más sociales hasta los más privados”
Una jerarquización marcada por un “gran mueble” que organiza y divide las diferentes zonas de la vivienda. Para ello, se abre o se cierra en función de las necesidades y alberga cocina, baños, armarios y otras instalaciones servidoras de toda la casa. Este marca el recorrido por la casa, controlando el acceso o la privacidad de estancias como el dormitorio.