Vivienda firmada por GÄRNA Studio
Ya nada es blanco y negro, los opuestos abren paso a una nueva realidad en la que la decoración de interiores es también reflejo de cómo el pasado y el presente pueden darse la mano. Así es, bajo un mismo espacio en el que además podemos combinar otros estilos aparentemente contrarios: francés, italiano, rústico, country, entre otros. Hace años los decoradores solían incluir piezas más o menos coherentes con la tendencia que elegían para sus proyectos, ahora la decoración de interiores se ha vuelto mucho más ecléctica y si algo triunfa es la mezcla de estilos.
Hoy en día, aunque te decantes por una corriente u otra y siendo una realidad que se siguen combinando piezas de épocas diferentes, la presencia de objetos clásicos alcanza una presencia muy fuerte. La tendencia es recuperar piezas muy especiales, singulares de épocas muy diversas y que aporten cierto refinamiento a cada estancia. La idea es combinar en una proporción 50% clásico y 50% contemporáneo para lograr un equilibrio y no posicionamientos extremos.
"Existen piezas muy icónicas de los años 50, 60 o 70, e incluso de la década de los 80 que tienen la capacidad de otorgar carácter que nos tan fácil de encontrar en un proyecto. El error es realizar un proyecto únicamente con piezas vintage porque no lograremos el frescor necesario", explica la arquitecta e interiorista Laura Gärna.
Es cierto que con la globalización y en un mundo tan digital como el que hemos construido es más complicado dar con esa pieza única porque las imágenes de cada proyecto se difunden y es complicado encontrar la originalidad; hoy en día se copia muchísimo. “Lo importante es que cada uno tenga su propia personalidad a la hora de mezclar ya que eso marcará cada valor diferencial”, indica Gärna. Como consejo la interiorista recuerda que es muy interesante viajar para buscar tesoros que se puedan implementar en algunos proyectos como piezas de un gran valor, no solo en lo material, sino por el valor referencial que tienen.