Madrid se ha convertido en uno de los epicentros mundiales de inversión internacional. Mexicanos, venezolanos y chilenos han desbancado a rusos y árabes como los principales compradores inmobiliarios. Esta tendencia provoca que muchas viviendas de la capital busquen adaptarse a los gustos de estas fortunas transoceánicas. Tal y como apunta Lourdes Treviño, arquitecta mexicana y fundadora del estudio Freehand Arquitectura, estos inversores “consideran España una apuesta segura, al mismo tiempo que un lugar afín donde la cultura, el clima y el idioma les acoge con los brazos abiertos”.
Es el caso de este piso ubicado en el Barrio de Salamanca en Madrid, la segunda residencia vacacional de un inversor mexicano, en el que Freehand Arquitectura en colaboración con Qube Rooms ha querido recuperar la elegancia y sofisticación del país centro americano.
Para lograr esta estética sofisticada se ha optado por colocar molduras sobre la totalidad de las paredes de la vivienda en un tono blanco muy clásico. El salón destaca por su amplitud y ser un espacio completamente diáfano compartimentado únicamente por la chimenea flotante que divide la zona de estar del comedor. Al lujo de los elementos arquitectónicos y al mobiliario de primera calidad se suma la importancia que se le da a las obras de arte que cuelgan en las paredes de toda la casa.
Una oda al lujo donde las mejores calidades se complementan con acabados sobrios y detalles metálicos y con la última tecnología en climatización, gracias a un sistema de calefacción de techo radiante que evita la presencia de radiadores o aparatos de aire acondicionado.
