Comprar un piso para reformar es una excelente opción para los que son capaces de ver las posibilidades de un espacio, ya que ofrece la oportunidad de diseñar tu propia casa desde cero. Cuando Xavier (arquitecto y constructor) y Elodie visitaron esta vivienda de Monapart (agencia especializada en viviendas con encanto), un entresuelo en el barrio de Sagrada Familia, de Barcelona, no tuvieron dudas. El barrio les encantaba, el piso tenía mucha luz y una maravillosa terraza. Lo compraron y se dispusieron a realizar obras de remodelación. No hay que olvidar que es un piso de los años setenta, completamente compartimentado y poco aprovechado.
El acceso a la vivienda se convertía en un estrecho pasillo con la cocina a un lado, y tras ella un minidormitorio, y el salón comedor al fondo, junto a la terraza. Esta distribución no permitía una buena iluminación natural de la vivienda. Se hacía necesaria una nueva organización espacial y un cambio en los suelos y materiales con el fin de potenciar la luz, así como una ampliación de la cocina y un nuevo orden en toda la zona de día, especialmente en el salón y el comedor.
La zona de la entrada, compuesta por recibidor y cocina, queda articulada por un gran mueble de madera empotrado y forrado de barniz de poliuretano que, por un lado, funciona como estantería y, por otro, ofrece muchísimo espacio de almacenaje. Con esta nueva distribución se ganan metros útiles, dejando la cocina abierta al comedor y éste al salón. Finalmente la terraza. Este orden permite una mejora considerable del caudal de luz natural, que ahora inunda los espacios de la zona noble de este renovado piso barcelonés.
El acceso a la vivienda es ahora un espacio compartido con la cocina. El gran armario empotrado funciona aquí como contenedor de los elementos de cocina, así como el horno y microondas. Una gran isla central hace las veces de elemento divisorio del pasillo y esta estancia, pero sin sobre cargar el espacio. Este nuevo orden permite ampliar la cocina, disfrutar de una mayor cantidad de luz natural de un extremo a otro de la casa y el devenir de la zona de día de forma ordenada y concatenada. Así, de la cocina pasamos al comedor y de éste al salón. Todo muy funcional.
Al eliminar todos los tabiques y unir las estancias de la entrada, la cocina, el comedor y el salón, lograron un espacio diáfano muy amplio que se ajustaba como un guante a sus necesidades. Ampliaron la cocina y la dejaron abierta al salón comedor, el viejo aseo se unió a otra estancia y se convirtieron en un dormitorio de invitados y una de las habitaciones se transformó en un elegante baño con suelos de microcemento. Eldormitorio principal y el salón comedor se dejaron en el mismo sitio, aunque se cambió su distribución para optimizar su superficie. Un gran armario empotrado de la entrada hasta la terraza unifica la estética de todo el espacio y hace las funciones de almacenaje para todos los ambientes. Ésta es la historia de la transformación de un viejo piso en una casa de diseño para disfrutar.
El dormitorio principal era una superficie con varios ángulos que dificultaban su distribución. Por otro lado, no era posible el acceso a la terraza desde este punto, ya que la estancia disponía sólo de amplios ventanales, pero carecía de una puerta que facilitara su acceso directo.
El actual dormitorio ha perdido algunos metros en favor del salón, pero ha ganado belleza al eliminar los ángulos que dificultaban su anterior distribución. La cama se adosa a la pared, en paralelo a la terraza y, por tanto, a la luz natural. Este nuevo orden ha permitido crear una cómoda zona de estudio y trabajo bajo la ventana, y se ha diseñado, al lado, la puerta de acceso al exterior, de forma que uno puede disfrutar de la terraza desde esta estancia o el salón. Para lograrlo se eliminó una de las ventanas, se derribó el muro y se instaló una puerta de doble hoja horizontal. Se ha pintado todo de color crudo para potenciar la luminosidad y se ha instalado parqué en un tono dorado que favorece la sensación de calidez al tiempo que refleja la luz de las ventanas.
El baño cubría las necesidades de sus anteriores propietarios, pero no tenía una buena distribución y era impracticable. Decicieron renovarlo completamente: eliminar el inodoro con mochila superior, el plato de ducha de reducidas dimensiones y el lavamanos con pie, dado que todo ocupaba demasiado espacio.
El propietario, de profesión arquitecto y director de la constructora Eeat, confiesa que el baño es uno de sus espacios preferidos. Así que lo vistió como si de una zona noble se tratara: se decantó por microcemento para el mueble bajolavabo (con lavamanos volado) y las paredes; en el suelo prefierió parqué, igual que el del resto de la casa. En la zona de ducha se ha levantado un murete de media altura que aporta intimidad en el momento del baño; la hoja de cristal fijo es perfecta para evitar molestas salpicaduras en la zona del lavamanos.
Esta era una zona de ducha al margen del baño, ubicada junto a una ventana y en un espacio que bien podría tener otro uso. Una pieza obsoleta que no daba funcionalidad y que había que transformar en algo funcional.
La antigua zona de ducha se ha convertido en un práctico y sencillo dormitorio de invitados, con buena ventilación y con una decoración simple que la integra en el resto de la vivienda. En lugar de baldosas, pintura en el mismo tono crudo que el resto del piso; en el pavimento, parqué, igual que en la zona de día. Un cajonera restaurada hace de mesita de noche y las camas se visten con una sencilla tela de algodón, que les da un aire informal, pero que sirve para evitar que éstas se ensucien con el paso de los días.