Sin duda, los porches son la estancia estrella de esta vivienda situada en Sant Feliu de Boada (Girona). El que hay junto al salón se presenta como una prolongación de éste, para disfrutarse tanto en verano como en un día soleado de invierno. Para ello, ambos espacios comparten la misma estética en tejidos y mobiliario.
De hecho, con el segundo porche tipo chill out, ubicado junto a la piscina, se ha buscado esa misma unificación a través de una gama cromática inspirada en los colores locales y conseguido gracias a las tapicerías de Teixits Vicens. Cabe destacar también el uso de las llamadas “llengues” mallorquinas en distintos estampados que aportan ese toque rústico tan acogedor.
Los propietarios, una familia con tres hijas, le planteó a Espacio en Blanco Estudio la prioridad de una casa cómoda y perfecta para recibir a los amigos. De ahí que la ligereza y la movilidad sean las características de todos los elementos que componen las estancias, con muebles hechos a medida, como las mesas y el sofá.
En la vivienda también hay espacio para piezas especiales, como la chimenea de hierro forjado del salón presidida por un cuadro de Bruno Ollé de grandes dimensiones, ya que los propietarios son unos apasionados del arte.
O la mesa de madera antigua de la entrada adquirida en un anticuario de la zona, y sobre ella, la lámpara Cesta de Santa & Cole, uno de los clásicos de Miguel Milá, y unos maravillosos espejos de Sabine Mercelis, comprados en Palau de Casavells (Gerona).
En cuanto a la suite principal, destaca el espacio de trabajo informal que solicitó la propietaria y que se ha resuelto con una estructura de mesa que se prolonga en forma de banco. Éste incluye una colchoneta con cojines a conjunto con el juego de cama. Todo de lino natural de Güell Lamadrid.
Esta estancia también cuenta con una gran terraza perfectamente equipada con muebles que invitan al relax y con el mismo denominador común cromático de toda la casa: el color tierra del Empordà.