En ocasiones, no es necesario tener una residencia en primera línea de playa para poder disfrutar de las maravillosas vistas de 180 grados que también ofrece la costa desde lejos. De hecho, es justo esa altura y distancia con el mar la que nos permite ver el horizonte con toda su amplitud. Así ocurre en uno de los últimos trabajos del equipo de arquitectura de RGB arquitectos, quienes ya nos sorprendieron con la panorámica creada en proyectos como 'Casa Curva' y 'Casa Puerta del Sol'. Ahora, en la misma línea que sus otros diseños, nos sorprenden con esta vivienda de estilo mediterráneo en la que la luz se funde con el increíble paisaje de la Costa Blanca.
Algo nos conecta con el mar en esta residencia, y no se trata de su cercanía a la playa, sino de la piscina que sobresale como un gran trampolín, dándonos la sensación de que en cualquier momento podríamos saltar al agua. Desde el inicio se proyectó el trabajo de construcción pensando en una piscina de grandes dimensiones. Esta, debería ser la auténtica protagonista del terreno con unas vistas que nos ayudan a conectar con la localidad alicantina de Calpe.
Sin embargo, no siempre es fácil conseguir este efecto trampolín a tanta distancia de la costa. Para alcanzarlo, el equipo de arquitectos afrontó el reto estructural de conseguir que la piscina salga del terreno y permanezca en vuelo casi 11 metros en su punto más largo. Al mismo tiempo, para conseguir la dimensión deseada se prolonga hacia el interior otros 11 metros llegando a parecer que se introduce dentro de la casa, disfrutándose junto al salón.
Para tratar de suavizar el efecto agresivo de la de la piscina en el aire, se produce una composición basada en la continuidad de la fachada. Desde la pieza de acceso, pasando por el núcleo de comunicación y uniendo los siguientes forjados, se traza una línea blanca que parece finalizar en la punta de la piscina, pero vuelve a la fachada a través de un muro triangular (que recuerda una vela y que es el elemento que más colabora en la sujeción de la piscina), que se alabea para así pasar de un plano inclinado hasta el vertical de fachada.
Una vivienda en formato descendiente
En contra de cualquier estilo predeterminado, la vivienda se desarrolla en sentido descendente. En lugar de acceder a su interior desde la planta baja, lo hacemos desde la parte superior de la parcela.
La residencia cuenta con una planta de cubiertas pavimentada que sirve de zona de estacionamiento de los vehículos y acoge la caja de escalera-ascensor que da paso al interior de la vivienda. Desde este punto, en sentido descendente se da acceso a las dos plantas de vivienda y a la planta sótano. La planta primera se destina a las habitaciones de la vivienda y la planta baja alberga el salón-comedor y cocina y el acceso a las terraza y piscina vinculada a la misma. Por último, la planta sótano recoge las estancias de servicio técnico de la vivienda (instalaciones, lavandería, etc).
La excelente materialidad de la fachada ha sido posible gracias a una combinación entre un revestimiento multicapa continuo de color blanco, acorde con la tradición mediterránea del entorno, y grandes paneles de vidrio con carpintería de aluminio minimalista en color grafita. Su claridad es justo la que nos conecta de manera sinuosa con el mar que avanza a lo lejos.