Foto: Mikhail Loskutov
Volvemos al corazón de Moscú, una ciudad que da para largo en cuanto a diseño de interiores y arquitectura. Su historia es el reflejo de miles de edificios antiguos como el que hoy traemos, el cual data del año 1850. Un dúplex de 150 m2 que ya luce como el hogar perfecto para una familia con dos niños. ¿Te asomas a conocerlo?
Al tratarse de un edificio de finales del siglo XIX, cuenta con una arquitectura de lo más privilegiada. El resto vendría después: ¿Cómo adecuar el espacio interior a la elegancia de la fachada? Está fue la premisa de la que partieron los arquitectos Natalia e Ivan Trofimovy, de Blockstudio, quienes planificaron el interiorismo desde cero, concibiendo una vivienda muy luminosa con espacios amplios y contemporáneos, siempre adaptados a las necesidades de la era moderna.
Lo mejor del interiorismo es esa gama de tonos neutros que resulta muy acogedora y que contrasta con los muebles elegidos para la decoración, en su mayoría procedentes de anticuarios. Se trata de una forma muy ingeniosa que, según los diseñadores, busca crear un relato, una historia que acontece entre las cuatro paredes de este edificio totalmente restaurado.
La belleza de los objetos de principios del siglo XIX nos recuerda la sutileza con que trabajaban los artesanos en esa época.
Foto: Mikhail Loskutov
Si nos acercamos a su interior, en la planta baja se encuentran las zonas comunes, y en la segunda están los dormitorios y los baños. Entre los materiales elegidos, destaca la madera de los suelos, realizados con tablas anchas que alcanzan los seis y siete metros de largo. También utilizaron piedra caliza de Crimea para terminar las chimeneas de ambas plantas, así como los alféizares de las ventanas, un material que aporta calidez al conjunto.
Fotografía: Mikhail Loskutov.