La reforma integral de este piso ubicado en la calle Ganduxer de Barcelona lleva el nombre de la interiorista Pia Capdevila. Su intervención se basaba en un objetivo principal: mejorar la distribución original de la vivienda para crear una zona de día abierta, llenarla de luz natural y ampliar los dormitorios de la zona de noche.
La vivienda, de 185 metros cuadrados y 4 habitaciones y 2 baños, contaba originalmente con una estructura que permitía llevar a cabo los objetivos: al tratarse de un piso alto, entraba en él mucha luz natural. Además, la planta era rectangular con zonas de día y de noche muy separadas entre sí. Sin embargo, “nos encontramos muchas paredes de carga que no nos permitían hacer de forma sencilla los movimientos que queríamos hacer, pero tras realizar los cálculos pertinentes con el departamento técnico conseguimos alcanzar los objetivos marcados”, comenta Pia Capdevila.
Si en un primer momento la vivienda estaba distribuida en muchos compartimentos y tenía mucho pasillo, la idea era que todo funcionara como un solo espacio donde las estancias estuvieran conectadas, pero a la vez brillaran con su propia identidad. A su vez, se quería llevar la luz natural a la zona central de la casa, al ser un edificio que hace esquina y está enfocado al sureste.
La principal dificultad fue desplazar la pared maestra que separaba el comedor original del pasillo. Aunque la primera intención fue eliminarla, el arquitecto técnico confirmó que no era viable, por lo que la interiorista diseñó un sistema estructural que se convirtió en dos pilares metálicos revestidos de pladur e integrados totalmente en el proyecto de la cocina, que es ahora la que se ubica en el antiguo comedor. ¿El resultado? Dos pilares totalmente integrados en el espacio.
Dos zonas diferenciadas
En cuanto a los materiales y los colores y mobiliario, el recibidor fue el punto de partida para crear el hilo conductor del interiorismo del conjunto de la vivienda. En él, Pia Capdevila diseñó un arrimadero, que posteriormente y de camino al salón se convierte en un mueble tapa radiador con repisa y sigue hacia la zona del salón integrando una puerta oculta que esconde la zona de pancha.
En la distribución original, la zona de día se dividía en tres estancias separadas: comedor, salón y cocina. Sin embargo, con la reforma Capdevila unió las tres estancias en una sola, generando una zona diáfana, pero dividiendo cada una de las áreas visualmente para que mantuvieran su identidad estética.
Por otro lado, la vivienda cuenta con cuatro dormitorios, tres de ellos en la zona de noche y el cuarto frente al recibidor de la vivienda, a modo de despacho y habitación de invitados.