Redistribuir y reformar integralmente. Este ha sido el trabajo que ha llevado a cabo el estudio de interiorismo Marina Sezam en un dúplex de 85 m2 útiles interiores, situado en la Avenida Vallcarca de Barcelona. Lo primero que el equipo tuvo en cuenta fueron las necesidades del proyecto; es decir, un reforma para una pareja con dos hijos que requería el máximo aprovechamiento de la luz natural y del espacio.
Para llevar a cabo la redistribución, el proyecto consistió en derribar toda la tabiquería original de la planta baja y disponerla nuevamente de manera que la luz natural y la comunicación visual fluyeran entre las dos fachadas del edificio.
Pero ¿cómo conseguir ese color cromático que une cada estancia? Para ello se dispuso de un pavimento de madera natural ligeramente teñido de blanco en toda la vivienda y se cuidó mucho la gama cromática tanto de los paramentos como del mobiliario. Y, si algo observamos entre sus rincones, es que la madera natural y los tonos arena muy claros aportaban la base perfecta sobre la que añadir toques de color con elementos decorativos y textiles.
Otra de las claves de esta vivienda es la aprovechación del espacio al máximo. Hacer maravillas, pero realistas, con sus 85 m2 útiles interiores. Para ello se aprovechó cada uno de los rincones de la vivienda, disponiendo zonas de almacenaje que se esconden tras los espejos, bajo la escalera, o en los pequeños huecos que se obtenían con la disposición del mobiliario.
De esta manera se consiguió liberar al máximo el espacio disponible para las zonas comunes y habitaciones que, a su vez, cuentan con una iluminación estudiada y una decoración sencilla pero cromáticamente muy equilibrada. De hecho, el espacio familiar alberga perfectamente acomodados tres dormitorios, un estudio, cocina abierta al salón y con comunicación directa al exterior.
Esta cocina abierta a la terraza e integrada con el salón, se cuidó mucho su diseño para que no quedara completamente expuesta. Del mismo modo que también se buscaba preparar la terraza tanto para un escenario que sirviese para disfrutar del día como de la noche. De esta manera, se iluminó y se amuebló con mobiliario para el exterior de Kettal, ideal para unas vistas a toda la ciudad.
El resultado de este proyecto a cabo del estudio Marina Sezam es una vivienda armónica y llena de luz en la que el exterior es una prolongación perfectamente habitable del interior, para la vida en familia o con invitados, tanto de día como de noche.