Una casa soñada junto al mar, en la costa menorquina, una imagen que nos traslada de inmediato a las tardes tranquilas de verano. Así podríamos describir el último proyecto de Gabriel Montañés Arquitecto: 'Casa M'. Una vivienda de 358,84 m2 que consta de un solar en primer línea y unas vistas inigualables. Su suave inclinación hacia el sur, coincidente con la posición de la costa, conforma todo un espectáculo. La casa se abre paso entre senderos secretos y rocas puntiagudas que separan la fachada del mar.
Pero, aunque la fisionomía de esta vivienda nos acerca a la sensación tan ansiada de los meses de estío, en realidad es mucho más que una residencia de vacaciones. Los propietarios, que son una familia urbana amantes de las bondades de la vida en Menorca —seguridad, naturaleza y belleza— buscaban una primera residencia donde reunir a familia y amigos en un entorno privilegiado.
La sencillez y el cuidado por los detalles es la base de este proyecto. Desde el primer momento, el objetivo era apurar la anchura de la parcela para potenciar las vistas al Mediterráneo con la intención de que la arquitectura que pueda surgir estorbe lo menos posible.
"La idea es crear grandes luces para obtener aberturas exageradas con vidrios que desaparezcan tras paredes para así poder relegar la casa a un segundo plano", explican desde el estudio de arquitectura.
Vidrio, madera, revoco blanco y tonos ocres en el suelo configuran la estética de esta vivienda en primera línea a escasos metros del Mediterráneo
Si nos adentramos en su espacio arquitectónico, descubrimos una casa pensada para vivir en familia y que cuenta con todas las comodidades, adaptándose al entorno y a sus propietarios. Así, en la fachada sur residen el dormitorio principal junto con la zona noble de la casa. Aquí todo el protagonismo se lo lleva una pérgola con lamas mecanizadas que permite expandir el espacio interior hacia el exterior.
La cocina, el comedor y el salón dan a la terraza cobijada por la pérgola permitiendo que la frontera entre el interior y el exterior se difumine completamente. Las lamas mecanizadas filtran y tamizan la luz solar a demanda adaptándose a los diferentes ángulos de incidencia solares. Cuando durante la mañana o la tarde el sol está próximo a la horizontal, las persianas correderas de madera de la habitación principal se deslizan a lo largo de toda la fachada para obtener así sombra.
Otra pieza fundamental que vertebra la morfología de la casa es el patio central. A nivel distributivo todas las estancias circundan de una manera u otra este espacio. Es el centro de la forma en “U” donde se accede por el norte, en el sur se posicionan las zonas nobles, a poniente las habitaciones de invitados y a levante las habitaciones familiares.
A nivel climático el patio resulta un elemento clave ya que éste permite la continua generación de corrientes naturales que refrescan el ambiente cuando soplan los cálidos vientos provenientes del Sáhara.
En definitiva un diseño que nos atrapa y envuelve entre sus rincones más mediterráneos. Una vivienda que actúa como residencia en la que vivir durante largas y largas temporadas. ¿Te animas a conocerla al completo?