A veces lo hacemos sólo cuando nos mudamos de piso: llegamos a nuestra nueva vivienda y, por necesidad, partimos de cero a la hora de organizar los alimentos dentro de nuestra cocina vacía. Los colocamos sin dar demasiadas vueltas al orden y no volvemos a cuestionarnos qué colocar en cada rincón de la cocina nunca más. ¿Resultado? Alimentos caducados, duplicados o triplicados, acumulación de productos que no utilizamos jamás o sensación de falta de espacio.
¿Hay algún remedio a ese caos? Claro que sí. Organizar eficientemente los alimentos y los utensilios de tu cocina te permitirá dedicar menos tiempo a cocinar y a limpiar, mejorar el acceso a los alimentos, planificar mejor tus comidas, mejorar la conservación de los comestibles, gastar menos, conseguir más espacio libre y, consiguientemente, sentirte más a gusto y menos estresado en casa. Recuerda que, como dice la famosa autora japonesa y consultora de organización Marie Kondo, “una habitación caótica es el reflejo de una mente caótica. Nada de guardar las cosas por si acaso. La vida es mucho más sencilla”. Un consejo que, sin duda, también aplica a la cocina.
Recuerda también que las condiciones de temperatura, iluminación, humedad y ventilación son básicas para contar con una despensa saludable, limpia y eficiente. Así que asegúrate de que se trata de un lugar fresco y seco y de que los alimentos se encuentran en una temperatura ambiental de entre los 10º y los 20ºC, que la cocina cuenta con ventilación natural o con algún tipo de extractor, que no hay exceso de humedad en los armarios ni en las paredes y que la iluminación es la adecuada y te permite ver con claridad el fondo de los armarios.
¿Por dónde empezamos? Los expertos en orden como ella nos aconsejan, antes de nada, vaciar todos los estantes para tener una visión global de todo lo que acumulamos en la cocina. Tirar todo lo que esté caducado o lo que no utilicemos jamás porqué no nos gusta o porqué no sabemos cómo aprovecharlo, y observar qué queda. A partir de aquí, agrupar todo lo que sí queramos conservar por categorías de alimentos y ponernos manos a la obra con su distribución.