Nos permiten ver el exterior, ventilar y recibir luz natural y calor solar. Los cerramientos son elementos clave en el hogar, ya que influyen directamente en nuestro bienestar, la salud del medioambiente y nuestro bolsillo. Y es que juegan un papel muy importante en términos de aislamiento térmico y acústico, con modelos cada vez más estéticos que priman el contacto con el exterior a través de perfilerías del todo discretas y aperturas completas. A la hora de elegir el cerramiento más adecuado, uno de los aspectos a valorar es el material de los perfiles, generalmente de PVC (un perfecto aislante, duradero y no conductor) y aluminio (en cuyo caso es importante que disponga de rotura del puente térmico -RPT- para un aislamiento óptimo).
Si añades un cerramiento a la terraza deberás tener en cuenta su peso y utilizar materiales ligeros para que pueda soportarlo
También hay que tener en cuenta el coeficiente de transmitancia térmica, expresado en U (W/m2K), que mide la calidad del aislamiento térmico de la puerta o la ventana. Cuanto menor sea, mejor protección. En cuanto a la atenuación acústica, esta se mide en decibelios y se expresa en Rw, siendo mejor el aislamiento cuanto más alto sea el valor, mientras que la resistencia al viento, especialmente importante en ventanas situadas a gran altura, oscila de C1 a C5 de menor a mayor resistencia. En lo que respecta a los sistemas de apertura, los practicables (abatibles u oscilobatientes) son los más herméticos (especialmente aconsejables para viviendas expuestas a ruido exterior), pero necesitan de espacio libre delante para poder manejarlos. Las correderas son las que ahorran más espacio y, aunque no aíslan tan bien como las primeras, las últimas innovaciones las han dotado de interesantes prestaciones.•