Tu casa es mucho más que un techo bajo el que cobijarte. Es una extensión de ti mismo y un potente transmisor de emociones que influye directamente en tu estado de ánimo. Por eso, a la hora de decorarla, más que pensar en cómo te gustaría que la vieran los demás, debes pensar en ti mismo, en tus necesidades y en las sensaciones que quieres experimentar en ella.
Esa es la única forma de transformar tu casa en un verdadero hogar y la razón que explica que el diseño de interiores haya evolucionado con el paso del tiempo para adaptarse a nuevas formas de comprender y sentir los espacios.
Para Ana Utrilla, diseñadora y asesora de interiores online, “el hogar es el lugar donde disfrutar del descanso, la desconexión y nuestros hobbies, y compartir momentos con otras personas”. Es, en definitiva, “un refugio en el que ser tú mismo y disfrutar como tú quieras de tu tiempo”.
Esa sensación de bienestar pleno que se experimenta al volver a casa solo se consigue rodeándote de elementos que tienen sentido para ti y te aportan equilibrio y armonía.
Muchas personas, señala la experta, todavía no son conscientes de esa conexión y, por ese motivo, caen en el error de “proyectar su hogar en función de las visitas o de quién va a verla, en vez de poner el foco en quién va a vivir en ellas”.
Para tomar las decisiones correctas, Utrilla recomienda reflexionar primero sobre las principales necesidades que debe cubrir tu casa. Un ejercicio de análisis que requiere hacerse preguntas como estas:
- ¿Qué necesito?
- ¿Qué es lo que quiero?
- ¿Cómo lo quiero?
- ¿Cómo me quiero sentir en mi propia casa?
- ¿Cómo voy a utilizar el espacio?
- ¿Qué necesidades debo cubrir en cada estancia?
- ¿Qué materiales, colores y formas me hacen sentir mejor?
Las respuestas a estos interrogantes, afirma, “ayudan a ver tu casa desde otra perspectiva, siempre desde un punto de vista más funcional, práctico, acogedor y cercano, que te ayuda a mejorar tu tiempo y tu bienestar”.
Así pues, este sería el punto de partida para comprender tu hogar y poder tomar decisiones acertadas para mejorarlo o (re)decorarlo. No pensar en estos aspectos fundamentales puede llevarte a cometer ciertos errores que son evitables desde el principio. Veamos cuáles son los más habituales y cómo prevenirlos siguiendo las recomendaciones o utri-consejos de Ana Utrilla.