Las Navidades están llenas de tradiciones, de esa cálida nostalgia, encuentros con familiares y amigos, comidas y cenas copiosas… Y a medida que hacemos esos pequeños rituales, como cocinar en familia, intercambiar regalos, etc. Nos damos cuenta de que conseguir que todo esté perfecto (o tan perfecto como querríamos) es todo un arte, y mucho más difícil de lo que pueda parecer. Y quizás una de las cosas que parece más sencilla pero que en realidad comporta un arte en sí misma, aunque a simple vista no lo sea, es la de colocar las luces del árbol de Navidad.
Seguramente que año tras año te has enfrentado a los mismos dilemas: ya tienes el árbol listo, con todas sus guirnaldas y su decoración, y llevas casi una hora intentando deslizar las luces de Navidad entre las ramas, posiblemente encaramada en una enclenque escalera… ¡Sí, poner las luces puede ser todo un deporte de riesgo! Por no mencionar el tiempo perdido intentando sustituir aquellas luces que se han fundido o que crean cortocircuito… En definitiva, colocar bien las luces puede ser toda una hazaña.
Sin embargo, se trata de una actividad que debería ser divertida y desestresante, pese a que muchas veces se consiga el efecto contrario. Por ello, en Revista Interiores se nos ha ocurrido que una pequeña guía para colocar las luces en el árbol de Navidad de forma eficiente, estética y, sobre todo, segura, te podría ser de mucha utilidad estas fiestas.
Tipos de luces
Quizás lo primero a tener en cuenta, antes de colocar las luces en el árbol, es conocer los tipos que existen. En cuanto a su composición y tamaño, puedes encontrar desde bombillas mini hasta luces más grandes (que suelen colocarse en exteriores) o bombillas en racimo, también ideales para cuando queremos crear grandes despliegues de iluminación “al más puro estilo Solo en casa”. En cuanto a su consumo energético, se pueden distinguir dos tipos:
- Las luces incandescentes: son las de toda la vida. Nos permiten escoger mayor o menor intensidad, pero tienen una vida bastante limitada, por no mencionar que sus filamentos son fácilmente rompibles.
- Las luces LED: son más duraderas, más seguras y permiten conectar una cantidad mucho mayor de hilos sin ningún riesgo de que salten los plomos. Además, consumen mucho menos que las incandescentes y, aunque cuesten algo más, acaban siendo la opción más sostenible.
Una vez hayas escogido las luces adecuadas, quizás te interese saber que existen métodos muy diferentes para colocarlas en el árbol. Aunque no existe un método concreto que sea el “ideal”, los más comunes son los que se rigen por un sentido concreto: de arriba abajo, en horizontal o en vertical. ¡Toma nota!