El color índigo, clave en este proyecto del interiorista José Lara

El interiorista José Lara firma un proyecto en el que el azul indigo es clave en la decoración, así como los focos de color rojo, las notas amarillas y el uso de textiles, papel pintado y molduras.

Una rehabilitación que respeta la esencia de la finca

El color, clave en este proyecto del interiorista José Lara
El color, clave en este proyecto del interiorista José Lara

  • Texto: Macarena Vélez I Estilismo Cristina Rodríguez Goitia I Fotos Jaime Ferrer

Asu propietario le fascinó la finca de principios del siglo xx en la que se ubica esta vivienda. Así que la compró y se instaló en ella. Tras unos años viviendo allí, decidió darle un giro completo, adaptarla a sus necesidades y actualizarla. Para ello acudió a José Lara, el interiorista que dio forma definitiva a este proyecto, en el que priorizó la luz natural que entra por los balcones –que aún conservan la carpintería original del edificio y que el interiorista recuperó para mantener la esencia de la finca sin renunciar al aislamiento y confort–. También que se convirtiera en un verdadero hogar, un refugio, un lugar en el que disfrutar con los amigos.

“Es la residencia habitual de su propietario, que buscaba una casa funcional que transmitiera su estilo y respetara la esencia del edificio”, asegura José. Y añade: “Algo que conseguí implementando algunas paredes con magníficas molduras o instalando suelos de madera de roble en punta Hungría con un fajeado perimetral que dotó de mucho carácter a la vivienda; también el zócalo en negro, que continúa en modulas de puertas y cornisas y que emula el trazo continuo de un lapicero”.

Una de las claves deco fue emplear un elemento como hilo conductor, que aportara continuidad al proyecto: Elegí el zócalo en negro, que también continúa en molduras de puertas y cornisas y que emula el trazo continuo de un lapicero

De hecho, cuando José Lara visitó por primera vez la vivienda, ya descubrió su gran potencial, aunque también fue consciente del reto que suponía el largo y estrecho pasillo, por lo que inició el trabajo de diseño desde este punto de la casa. “Decidí emplear una iluminación cenital y también unas piezas empotradas orientadas a suelo para poder ampliar visualmente el espacio y trabajé el despiece de molduras de paredes, rodapiés y carpinterías”, asegura el interiorista. 

Otros de los elementos que destacan son el uso de papeles pintados (algunos incluso en el techo) y la aplicación del color en pequeñas dosis (las butacas rojas del salón) o a grandes trazos, como el azul indigo en algunas de las paredes. Este es un color al que se le ha dado cierto protagonismo, dado que es uno de los favoritos del propietario. El resultado final es un hogar cálido y acogedor, en el que disfrutar de grandes momentos en buena compañía, trabajar o saborear la soledad.

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