Después de un día agotador, tras una de esas jornadas maratonianas a las que esta sociedad y su velocidad de vértigo nos somete, lo que apetece al llegar a casa no es otra cosa que descalzarse, ponerse ropa cómoda y disfrutar de un slow moment. ¿El entorno perfecto para ello? El más acogedor posible, ¡por supuesto!
Pero… ¿Cómo conseguirlo? Es muy sencillo. José Miguel Simón, interiorista y director de Iconno, te da las claves para lograrlo.
1.- Iluminación tenue
En primer lugar es fundamental apartar de nuestra vista cualquier luz intensa, foco de luz blanca, toda aquella iluminación que pueda considerarse agresiva. Los ojos ya sufren bastante durante la jornada con la iluminación de las oficinas, la luz azul que emiten los ordenadores… Es hora de dejar que descansen. Opta por luces cálidas e indirectas.
Balloons - Lucie Koldova y Dan Yeffet para Brokis
2.- Sofá y complementos muy mullidos
El sofá debe ser cómodo, blando, de los que envuelve y, por supuesto, a ser posible, de importantes dimensiones y con chaise longue. La firma Flexform, cuenta con algunas propuestas en texturas aterciopeladas, piel de melocotón, que son un verdadero placer. Llénalo de cojines suaves y hazte con una manta de pelo que te haga sentirte envuelta en algodones. A tus pies, otro must, una alfombra de lana donde hundir los pies… Su textura es incomparable, aíslan perfectamente, son cálidas…
Sofá Adda - Flexform
3.- Los colores adecuados
No te preocupes, no vamos a decirte que repintes toda tu casa, pero sí te aconsejamos que esos cojines sean de determinados colores. Los idóneos, el violeta, que calma cuerpo y mente; el añil, con efecto sedante; el rosa, calmante, que ayuda a disolver la ira; y el verde, color antiestrés por excelencia, transmite una sensación de equilibrio y armonía.
4.- Aromas relajantes
Demostradísimo está que la aromaterapia funciona. Consigue unas velas de lavanda, cítricos, rosas, jazmín o canela, colócalas cerca de ti y préndelas. También puedes recurrir a los clásicos sticks de incienso, sándalo o cedro. O a los aceites esenciales. Si colocas dos gotitas de aceite de lavanda sobre un cojín, por ejemplo, y apoyas la cabeza sobre él, la esencia reducirá tus niveles de ansiedad y cualquier problema muscular que tengas asociado al estrés. La canela, por su parte, te ayudará a reducir la fatiga y cualquier tensión emocional. Y el sándalo a bajar los niveles de la ansiedad y a sentirte más positiva.
5.- La melodía perfecta
La música es otro ingrediente fundamental. Puede ser clásica, zen, chill-out. Elige la que prefieras, pero que sea suave, relajante…
Un dato curioso: hace unos años, un grupo de científicos del Mind Lab Institution, especializado en experimentos de neurociencia, concluyó que la canción que más relaja el ritmo cardíaco, la respiración y la actividad cerebral es la canción “Weightless”, de la banda británica Marconi Union. Si no la conoces, tal vez deberías escucharla…
6.- Todo a mano
Es importante que, una vez que te tumbes, tengas a mano todo lo que necesitas para poder relajarte durante un buen rato. Por eso la tradicional mesita de apoyo se convierte en un elemento fundamental y el lugar donde dejar, por ejemplo, una buena copa de vino que te acompañe mientras lees unas páginas, conversas o, simplemente, cierras los ojos y te olvidas de todo.
Es hora de desconectar y disfrutar del momento.
Mesa de apoyo - Iconno