Una casa con vistas al Mediterráneo convertida en un cuadro de Kandinsky

A través de la paleta de colores usada por Kandisnky en el cuadro de ‘Amarillo, Rojo y Azúl’, Nataly Lena le ha dado un lavado de cara completo a este piso

Situado en Chipre, a orillas del Mediterráneo, este prestigioso apartamento luce estilos abstractos sin dejar de lado el toque familiar y acogedor propios del espacio

Una casa con vistas al Mediterráneo convertida en un cuadro de Kandinsky
Una casa con vistas al Mediterráneo convertida en un cuadro de Kandinsky
Foto: Elizaveta Gurovskaya/ Estilismo: Diana Mukhtarova

Cuando Nataly Lenintseva recibió este proyecto, sus retos se multiplicaron al añadir la petición de no hacer grandes cambios ni obras, así que decidió centrarse en cambios basados en el color y la decoración.

Buscando elementos propios de este apartamento, situado en la planta 19 de una de las urbanizaciones más prestigiosas de Limassol, Chipre, la interiorista descubrió una de las características más deseadas por cualquier residente: unas vistas directas al mar Mediterráneo. Así pues, a través del espectacular paisaje que puede verse desde la terraza, y teniendo en cuenta los colores neutros de los armarios empotrados y muebles que ya tenían, Lenintseva se decantó por un clásico del arte abstracto.

La Casa Bauhaus – así ha llamado ella al proyecto – es la viva imagen del cuadro más representativo que hizo Kandinsky en la escuela de arte y que ha servido como paleta de la decoración: Amarillo, Rojo y Azúl. Mediante la expresiva técnica del color-block, los colores del exterior penetran en el interior y borran el límite visual entre la vista desde la ventana y el espacio interior del apartamento.

El objetivo principal de este proyecto era transformar un interior ordinario y sin rostro en un interior fresco, individual, único y funcional, sin dejar de lado esa sensación acogedora y familiar que ya tenía el piso original.

 

atardecer en la terraza
Foto: Elizaveta Gurovskaya/ Estilismo:  Diana Mukhtarova

 

Reflexioné sobre las increíbles puestas de sol que se pueden contemplar desde la terraza y sus increíbles colores de los que fui testigo se convirtieron en mi paleta de colores de trabajo

 

Así, el sol aparece detrás del sofá, el azul del mar y el cielo en el dormitorio de invitados, los colores del atardecer en el dormitorio principal y en el cuarto de los niños el mar y el sol de la playa.

¿Quieres ver cómo ha quedado el resultado? ¡Recorrámoslo!

 

Sobre el autor

Descubre más sobre: