En un edificio de principios del siglo XX, en pleno barrio de Salamanca y a pocos metros de El Retiro, encontramos esta magnífica vivienda (antes una galería de arte), reformada en su totalidad y con mucho acierto por el arquitecto Jaime Benavides, en colaboración con la interiorista Inés Benavides. Antes de las obras, el piso se encontraba dividido en numerosas estancias y los materiales estaban deteriorados.
«Los espacios, al estar tan fragmentados, eran muy oscuros, salvo en las zonas que daban a fachada», comenta Inés. Y buscó la luz y la amplitud: «El proyecto de reforma se desarrolló pensando en los propietarios, una pareja con un hijo que no vive habitualmente en el piso. Por eso los espacios comunes y el dormitorio principal son muy grandes y luminosos». Todo fruto de que en el transcurso de la rehabilitación solo se conservaran dos columnas originales de la estructura y las ventanas de madera con sus fraileros originales. El resto es nuevo, «aunque el objetivo era que pareciera que el piso siempre estuvo así, con los elementos típicos de los pisos de principios de siglo», comenta la interiorista. Con todo, la distribución actual permite comunicar los ambientes públicos entre sí sin necesidad de emplear paredes. Así lavisión general de la vivienda, responde a un espacio abierto y lleno de luz.
En cuanto al proyecto de interiorismo, cabe decir que la vivienda mantiene un estilo clásico gracias a los elementos arquitectónicos que se conservaron, pero desprende un aire moderno y sofisticado por los elementos decorativos aplicados. Se utilizaron piezas clásicas y muebles modernos, una combinación que también está presente en los materiales. «Hemos usado maderas nobles para aportar calidez al espacio, en suelos, revestimientos y mobiliario, y hemos aportado frescura y modernidad con materiales como el acero, el microcemento, el granito negro y los tonos azules en tapicerías», asegura la interiorista. Los muebles en su mayoría fueron diseñados por el estudio de Inés Benavides. Son muebles contemporáneos, aunque están fabricados por artesanos, por lo que son cálidos y se nota en ellos el aspecto humano. Sin embargo, la modernidad de los diseños y de sus materiales (acero, hierro, cobre...) dan un punto actual a la vivienda. En el piso también se pusieron piezas encontradas en brocanters de Francia e Inglaterra o en subastas. Vista así, esta casa es un canto al espacio, la luz y la elegancia. Una puesta en escena que brilla por su combinación de piezas y materiales, que aportan confortabilidad sin riesgos.