Artistas que trabajan con las manos, la cabeza y el corazón

Los artistas que usan las manos, la cabeza y el corazón son los artesanos españoles, claros referentes del diseño y la decoración de lujo en todo el mundo.

artistas manos
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  • Texto: Lucía Rosell

Pese a la globalización y el progreso tecnológico, el ir y venir de las tendencias y el impacto de la crisis económica, España sigue siendo un país excelentes (y codiciados) artesanos. Hay que decirlo alto y claro.

La cerámica, los textiles, la madera, el metal, la piel, el vidrio, las fibras naturales, la piedra… muy diversas facetas que, reunidas, demuestran que la artesanía está muy viva en nuestro país. Y, en muchos casos, aún más lejos de nuestras fronteras. ¿Necesitan ejemplos? Mantas de mohair por las que suspiran Hermès o Armani Home; porcelanas pintadas a mano que, con la complicidad de Jasper Morrison, toman el London Design Festival; muebles de mimbre, caña o ratán –proyectados por talentos de la talla de Miguel Milà o Jaime Hayón– que ejercen de embajadores del estilo de vida mediterráneo a lo largo y ancho del planeta; mármoles con denominación de origen que despiertan de su sueño pétreo para ornamentar de nuevo el mundo… A aquel que trabaja con sus manos, se le denomina obrero manual; quien lo hace sumando a las manos la cabeza es un artesano; y, por último, el que trabaja con manos, cabeza y corazón, como los protagonistas de este reportaje –reconocidos y anónimos–, es un artista. Manos delicadas y fuertes, siempre hábiles, expertas en suscitar sentimientos a través de piezas únicas, obras maestras del diseño popular a las que no hacen falta apellidos ni pedigrí para convertirse en arte.

Más allá del admirable desarrollo de una habilidad y una técnica, la artesanía supone una idea de trabajo –tan digno– que antepone el orgullo profesional a cualquier otra retribución. Un orgullo contagioso, además, como querrían expresar estas líneas. Sirvan de aplauso a maestros y aprendices de estos oficios casi olvidados, que se resisten a desaparecer y se actualizan mirando más hacía adelante que atrás. Releguemos a un segundo plano palabras como ‘tradición’ o ‘folclore’ para, de las manos de nuestros artesanos, reformular la noción de lujo, que hoy pasa indudablemente por su unicidad y excelencia, y nos reconecta con valores absolutos, como la autenticidad, la experiencia, la pausa o la responsabilidad social. No haremos una lista porque consumiríamos los dos mil y pico caracteres de este texto y siempre se nos quedaría algún nombre en la cabeza. Y nuestro propósito es hacer justicia. De norte a sur y de este a oeste, archipiélagos incluidos. Subrayar el valor y la riqueza de nuestra artesanía. El poder de sus manos.

Sobre el autor

Lucía Rosell