Un pensamiento del gran Mies van der Rohe describe muy gráficamente la visión de Carlo Colombo (Carimate, 1967) sobre su oficio: “Hay que soñar siempre con la cabeza puesta en las estrellas, pero permanecer con los pies en la tierra”.
Eso es lo que el prolífico arquitecto y diseñador italiano lleva haciendo los últimos treinta años, desde que, siendo todavía estudiante del Politécnico di Milano, diseñara su cama Kyoto, que, tras llamar la atención de Giulio Cappellini, se convertiría en el primer paso de una carrera impecable. Y, si apostamos por aquello de ‘carácter es destino’, en su caso, aseguramos que ‘oficio es destino’.
Tressé. Su más reciente novedad es una gran familia de mobiliario ‘outdoor’ tan sofisticada como polivalente y personalizable para la firma Talenti
Nacer en la región de Brianza, el corazón de la industria italiana del diseño, debe marcar... ¿Recuerda cuándo fue consciente por primera vez de que quería formar parte de ese mundo?
Crecí en la Italia del boom del diseño, rodeado por él desde siempre. Mi padre tenía un taller de carpintería y trabajaba para la industria del mueble, así que mi encuentro con el diseño se produjo a una edad muy temprana. Recuerdo pasar incontables horas en él, junto a los prototipos que producía, fascinado por el proceso de creación de aquellos misteriosos objetos, bellos y útiles. Fue entonces cuando surgió mi pasión por el diseño y la arquitectura.
Sveva. Una butaca giratoria de silueta generosa y acogedora diseñada para Flexform
Es usted arquitecto y diseñador industrial, sí, pero también director de arte, curador y docente –y, además, italiano–, así que supongo que concibe su oficio desde una visión holística, ¿verdad?
Absolutamente. Tanto si proyecto un edificio como si diseño un mueble, empiezo exactamente en el mismo punto: teniendo en cuenta la experiencia del usuario. Me hago preguntas tipo cómo interactuará la gente con este espacio o producto o cuáles son sus necesidades, y sus deseos. Y, desde los comienzos de mi carrera, ha sido esencial para mí mantener el compromiso con una exigencia creativa muy alta para poder conseguir un reconocimiento ligado a mi nombre y mi práctica.
Milano2015. Una rotunda lámpara en mármol de Carrara editada por FontanaArte
¿Qué significa para usted la palabra ‘diseño’? ¿Cómo lo definiría personalmente?
El diseño es, para mí, un proceso de creación de soluciones que son a la vez funcionales y bellas. Se trata de encontrar el equilibrio perfecto entre forma y función, entre estética y sentido práctico. El diseño no consiste sólo en crear algo bonito, sino, sobre todo, en asumir las necesidades y deseos de las personas que van a utilizar los espacios o productos a los que nosotros vamos a dar forma para lograr crear algo que responda verdaderamente a esas exigencias.
A pesar de ser uno de los diseñadores más prolíficos de su país, explora incansablemente nuevos conceptos y puntos de vista. ¿Cómo afronta cada nuevo proyecto?
Cada uno es para mí una oportunidad única de explorar nuevas ideas y conceptos de diseño. Empiezo siempre escuchando atentamente a mis clientes para, como te decía, tratar de comprender lo mejor posible sus necesidades, deseos y expectativas. Creo que un buen diseño no sólo debe ser visualmente impactante, sino también realmente funcional, práctico. El cumplimiento de las normas es esencial para el crecimiento profesional del diseñador; y conceptos como ‘función’ o ‘memoria’, pero también ‘ironía’, son elementos imprescindibles para el éxito de todo proyecto. Mi pasión por el diseño es una parte integral de mi vida. El amor por mi oficio y el compromiso con él no han cambiado desde que empecé; ahora, la madurez me ha llevado a valorar más la planificación escrupulosa y la impecable profesionalidad. Eso es lo que aporta la experiencia.
Glo. Una colección de luminarias en metal y vidrio borosilicato producida por Penta
A lo largo de su carrera ha colaborado con muchas de las firmas italianas de diseño más influyentes, como Flexform, Poliform, Cappellini, Giorgetti, Antoniolupi, Artemide o Flou, por citar algunas. Desde su privilegiado punto de vista, ¿qué garantiza la etiqueta ‘made in Italy’?
Representa una garantía de calidad, de artesanía y atención al detalle; el diseño italiano tiene una larga historia de excelencia, y esa etiqueta es un signo del alto nivel de mi país. Y no se trata sólo del producto físico en sí, sino de todo el proceso de diseño, desde la conceptualización inicial hasta el producto final. Representa un compromiso con la creatividad, la innovación y la calidad en cada paso del proceso. Esta etiqueta es una insignia cargada de honor para todos los diseñadores italianos, así como una garantía para los consumidores de todo el mundo.
Tressé. Su más reciente novedad es una gran familia de mobiliario ‘outdoor’ tan sofisticada como polivalente y personalizable para la firma Talenti
Durante el pasado Salone del Mobile milanés usted presentó Tressé, una colección para Talenti, la ‘azienda’ especializada en mobiliario y accesorios ‘outdoor’. ¿Qué puede contarnos de ella?
Tressé es una colección elegante y confortable que permite múltiples composiciones para satisfacer las distintas necesidades de espacios exteriores que pueden darse. Se caracteriza por su estructura tubular de aluminio, de diseño minimalista; es totalmente personalizable y tiene claras referencias al mundo de la moda, como, por ejemplo, el uso de piel vegetal ecológica. Incluye un acogedor sofá, prácticas mesas de centro, toda una familia de muebles de comedor y, por supuesto, tumbonas. Creo que es estilísticamente inconfundible, y concuerda perfectamente con el estilo elegante y sofisticado característico de Talenti.
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