Su nombre subraya que la propia morfología del cuerpo humano es la ”horma” de un asiento. Tanto más delicado cuando, como en esta butaca, la comodidad depende exclusivamente del acierto en el modelaje del patrón del cuero.
Así se presenta la butaca ORMA, fruto de la colaboración de la firma experta manufactura de pieles Isist Atelier con el reconocido diseñador André Ricard. En este diseño, un viaje que ha durado siete años, se concentran la experiencia y el saber profesional de Ricard, que cuenta con el Premio Nacional de Diseño entre otros reconocimientos, y la maestría de los artesanos de Isist Atelier.
El diseño más perfecto es aquel en que su propia forma aporta la función. Al diseñar la butaca ORMA, me planteé buscar soluciones que posean una máxima sencillez compositiva.
Para el diseño, Ricard ha tomado de referencia la silla BKF de Bonet, Kurchan y Ferrari, cuyo diseño original se sigue produciendo desde Isist Atelier con el sello de autenticidad certificado por la familia Bonet.
Foto: Salva Lopez
Así, partiendo de un simple esbozo, ha surgido este diseño que camina de la mano con la artesanía de mayor calidad. Pero, difícilmente puede un dibujo considerar las exigencias de la comodidad, ni las consecuentes realidades constructivas. Ese ha sido un camino mucho más complicado. Para ello han contado con dos industrias bien distintas: una metalúrgica para el armazón y un guarnicionero para el aderezo de cuero. Cada uno con sus plazos y sus exigencias productivas.
ORMA: un diseño al detalle
Foto:Silvia Poch
ORMA es una butaca confeccionada con pieles vacunas de 3mm de grosor, procedentes de la Bretaña francesa curtidas con extractos de origen 100% vegetal (de castaño, mimosa) y bajo los estándares ecológicos del Reglamento Europeo REACH. Elaborada en soft cuero, engrasada con aceite que otorga más suavidad y flexibilidad, y acentúa la textura rugosa y el poro de la piel.
Había que hallar el modo en que un aparejo de cuero sea asiento y respaldo cómodo solo enfundarlo a un armazón metálico, sin más fijación.
Los cuerpos de la butaca se cosen con hilos gruesos convirtiendo la piel en una pieza única enfundable con cremallera. Para el público se ha dispuesto varios modelos disponibles en los tonos naranja, natural, marrón y negro.
Su estructura ha sido pulida a mano y fabricada en dos opciones (inox pulido brillante o pintada en epoxi de color negro) que sirve de soporte a la silla, repartiendo el peso entre los cuatro pilares de la base.
André Ricard y el diseño industrial
Foto: Salva Lopez
André Ricard (Barcelona 1929) es un diseñador industrial de referencia, además de profesor, escritor e impulsor de la comunidad del diseño en España. Su estilo se caracteriza por las formas limpias y elegantes. Tras estudiar Bellas Artes y pasar un periodo en Londres, en 1959 estableció su propio estudio en Barcelona, recibiendo como primer encargo el diseño de una lavadora.
Entre sus objetos más icónicos se encuentran el cenicero Copenhague (1965) o unas pinzas de hielo (1964) que se siguen comercializando en la actualidad, o la lámpara Tatu (1972). Ha trabajado para firmas de prestigio como Puig, Gaggia o Moulinex, y sus luminarias decoraron el Centro de Arte Reina Sofía. Entre sus logros se encuentra el diseño de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92.
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