Que levante la mano quién compra libros, montones de libros que luego, desgraciadamente, nunca lee. Quién pasea por librerías y se enamora de un ejemplar que no puede evitar llevarse a casa. Un ritual, el de la acumulación de libros, que tiene nombre: tsundoku, un término japonés traducido popularmente como “bibliomanía”. Es decir, el loco afán de tener la casa llena de libros por el placer de verlos o de saber que están ahí, llenando de conocimiento las estanterías. Ya no es esnobismo, sino una tendencia compulsiva a la acumulación de textos que, por suerte, tiene solución.
La primera implicaría comprar menos libros, pero ese es un precio que muchos amantes de la literatura no están dispuestos a pagar. Por eso, lo que sí podemos cambiar es el cómo organizamos este acopio de tomos. Ensayos, poesías, novelas que se amontonan sobre los escritorios y las estanterías de una manera descomunal, bajo la forma de torres o pirámides. En el universo de la adquisición de libros se ha visto ya ¡de todo!
Los gurúes del orden, como Marie Kondo, pondrían solución a este problema en un momento: “Deshazte de lo que no utilices”. Luego el minimalismo te diría: “Quédate con lo que tenga verdaderamente valor para ti”. Vamos, que no acumules de ninguna de las maneras. Una idea que tiene sentido y que puede ayudarte a hacerte preguntas cómo: ¿Realmente que me aportan? Si no los he leído nunca, ¿lo haré alguna vez?
Aún así, aunque consigas resolver estas cuestiones, lo más seguro es que si no te deshaces de ellos o los donas, en algún momento volverás al caos absoluto. Sobre todo, teniendo en cuenta que el ajetreo del día a día es uno de los motivos que influyen en que acumulemos textos y lo hagamos sin ningún orden, colocando unos encima de los otros.
Para los amantes de la adquisición de libros existen varios métodos que pueden ayudarnos a salir del bucle del tan temido tsundoku. Por ejemplo, para Marie Kondo, gurú del orden por excelencia, lo mejor es tener solo los ejemplares que vayas a leer.
Además, la autora japonesa, recomienda una colección de libros pequeña, accesible y fácil de reconocer. ¡Nada de montañas y más montañas! Se trata del método Konmari, el cual consiste en dos partes: la primera es desechar y la segunda organizar.
Con esto ya tienes un primer paso adelantado. Pero también puede ocurrir que no quieras dejar de lado ningún libro, que los quieras todos. Claro que no todo el mundo cuenta con espacio para hacerlo o, los que lo tienen, no siempre lo mantienen del todo ordenado. Por eso, dejando de lado los métodos de los y las gurúes, vamos a buscar la manera de mantener el equilibro en tus estanterías cuando eres de las personas que acumulan textos por doquier.
¡Así es! Para los amantes del tsundoku os dejamos ahora con algunas ideas para guardarlos y mantenerlos en orden. ¿Cómo podrías fomentar tu creatividad en una estantería repleta de obras en la que nada tiene sentido? Tú y la literatura necesitáis un respiro, vamos a ver cómo hacerlo antes de que la pila de libros caiga por su propio peso.