Pareja, tándem, dúo o media naranja –si preferís la versión más metafórica–. Exactamente, las mismas etiquetas que podemos utilizar para definir nuestras relaciones personales –y que tantos quebraderos de cabeza generan– nos vienen como anillo al dedo para hablar de decoración.
Concretamente, de la combinación de unos determinados materiales y colores que se repetían en todas las fotos que más nos llaman la atención en Instagram y que se iban directas a nuestra carpeta de guardados. En todas ellas hemos identificado tonos, fibras y elementos que, por separado, te sacan un «qué bonito es» y, juntos, no te puedes reprimir la cara de «wow».
Y, volviendo de nuevo al símil con las relaciones personales, algunos se han unido porque tienen mucho en común. Otros, en cambio, son tan diferentes que la suma hace que se complementen a la perfección. En ambos casos el resultado es estancias en armonía y que se rinden a propuestas que van más allá de las combinaciones clásicas.
Blanco y dorado
Es cierto que el dorado es un tono que a veces nos genera reparos. Puede ser demasiado protagonista o recargar el espacio en exceso incluso. La solución pasa por reservarlo para detalles estratégicos –las patas de una mesa, el grifo de la cocina, una luz de escritorio– y combinarlo siempre con un mueble o pieza cuya base sea en color blanco. De esta forma conseguiremos un marcado contraste tanto a nivel cromático como de estilo. El glamour y la sofisticación del dorado quedarán rebajados con la naturalidad y luminosidad del blanco.
Metacrilato y colores pastel
El metacrilato tiene cada vez más presencia en nuestros hogares y es que es un material ideal para estancias pequeñas en las que necesitamos muebles ligeros y que si, además, incluyen transparencias no dan la sensación de recargar el espacio. En las decoraciones más modernas lo estamos viendo teñido en colores rosas, azules, verdes y naranjas. Colores que no suelen ser grandes protagonistas de nuestras casas y que ahora se hacen un hueco gracias a este material.
Amarillo y madera
Perderle el miedo al amarillo es uno de los retos de la temporada ya que con este color tenemos tendencia para rato. Por difícil que te pueda parecer es un tono que tiene infinitas combinaciones que funcionan, pero cuando lo usamos junto a la madera es infalible. Por ejemplo, nos imaginamos una larga mesa de madera con sus sillas en amarillo y la unión nos encanta. La naturalidad, la vitalidad y la frescura son las sensaciones que nos aportará esta pareja.
Neutros y fibras naturales
Grises, blancos y marrones tienen una relación muy especial con todos los materiales fabricados a partir de fibras. Esta es una de esas relaciones en las que ambos elementos se complementan y mejoran. Por un lado, las fibras, dan lugar a estancias relajadas y naturales. Los neutros logran aportar elegancia y luminosidad. En conjunto el espacio que resulte será acogedor y con una decoración limpia y serena.
Aunque no se trata de un tono neutro, debemos incluir al verde en esta selección de colores que encajan con las fibras naturales, ya que al unirlos creamos espacios que nos trasladan directamente a la naturaleza, con el placer que eso conlleva.