Hemos propuesto un nuevo reto a Sandra y Rebeca, las arquitectas e interioristas de R de Room: decorar una cocina de forma fácil y coqueta. ¡Ha quedado espectacular! ¡Ahora te toca a ti pasar a la acción, toma nota de sus ideas!
La cocina es un lugar de trabajo y, como tal, a veces resulta complicado tenerla bonita y bien decorada. Sin embargo, hay algunos trucos para conseguirlo. Basta con tener la base bien ordenada, elegir bien los utensilios que usamos a diario y añadir algunos elementos meramente decorativos. Como siempre, la clave está en el equilibrio. Apunta estas ideas para decorar la cocina de forma práctica y estilosa:
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La funcionalidad como premisa
Cuando diseñamos una cocina desde cero, nunca supeditamos la comodidad al diseño; una cocina debe ser sobre todo práctica. Eso no quiere decir que no sea bonita, ni mucho menos, pero sí es cierto que hay aspectos funcionales, como el triángulo de trabajo o la disposición de algunas piezas respecto a otras (el lavavajillas por ejemplo, debe estar cerca del fregadero y de la vitro), que son prioritarios y que hay que respetar por encima de aspectos meramente estéticos.
Algo parecido ocurre con la decoración. La cocina es un lugar de trabajo y no pasa nada porque esté decorada de manera que lo parezca. Igual que no se nos ocurre quitar el ordenador o los libros de un despacho, en la cocina tendremos que tener ollas, tablas y otros utensilios de cocina. Y está bien que estén, no pasa nada. Lo único que tenemos que hacer es elegirlos con cariño y el resultado puede ser decorativo y estupendo.
Elige utensilios estilosos
Si en vez de una olla vieja y quemada, utilizas una cocotte nueva, añadirás color y estilo a tu cocina casi sin darte cuenta. En los últimos tiempos se han puesto de moda las tablas redondas de madera. Si combinas varias de diferentes tamaños, no solo tendrás a mano un utensilio muy práctico, también decorarás y aportarás calidez a un espacio que en ocasiones tiende a resultar algo frío.
Cuanta más madera añadas, más calidez, así que no te cortes y, además de las tablas, deja a la vista las cucharas, los rodillos de pastelería o un atril para tener a la vista tu libro de cocina favorito.
Si comes en la cocina, cuida un poco la mantelería, la cristalería y la vajilla. Tendemos a usar los vasos de crema de cacao y los platos sueltos con mucha alegría y no caemos en la cuenta de que una mesa bonita puede ayudarnos a conseguir que la cocina sea en general más estilosa. Es una inversión pequeña con la que pueden conseguirse grandes resultados. ¡Hasta tus recetas parecerán más apetitosas!
O si, por ejemplo, te gusta tener a mano un calendario en el que puedas dejar notas, busca una solución con estilo. En lugar de colgar el que te regalan en el súper, hazte con un vinilo bonito y anota sobre él las tareas que no puedes olvidar.
Toques de color y plantas
También pueden ayudarte los toques de color y las plantas especialmente si tu cocina es muy blanca. El color puedes conseguirlo de muchas maneras. En esta ocasión nosotras hemos apostado por un libro de cocina y algunos moldes de pastelería en tonos muy vivos pero puedes ayudarte de relojes de pared, alfombras vinílicas, paños, fruteros, o bandejas apoyadas en la encimera.
Las plantas también son fundamentales para conseguir que la cocina sea un lugar más amable. Puedes optar por una planta convencional colocada sobre la encimera (o colgada, si tienes poco sitio), o cultivar tus propias especias y tenerlas a mano y siempre frescas para usar en tus recetas.
Decora como cualquier otra estancia
Si tienes una cocina grande y admite que añadas más decoración, no te cortes. Cuadros en las paredes (mejor si la temática acompaña), jarrones con flores, centros de mesa… decora con el mismo cariño que si se tratase de cualquier otra estancia y agradecerás el resultado.
El orden y la limpieza, la mejor apuesta decorativa
Antes de empezar a decorar, es necesario ordenar. No sirve de nada poner en práctica todos estos tips si de fondo no tenemos una cocina pulcramente limpia y ordenada. Por ser un lugar de trabajo, es cierto que a veces cuesta, pero si te planteas recoger como una rutina, llegarás a acostumbrarte a verla bonita y te costará menos ponerte manos a la obra.