Que existen diferencias de género es evidente, también desigualdad, pero lo que no podemos hacer es competir con ellos, sino buscar nuestra fuerza interior para ocupar en el mundo el lugar que deseemos.
Utilizamos el Feng Shui, una ciencia que estudia nuestro entorno, nuestra casa, para que todo lo que tenemos en ella, como muebles, cuadros, alfombras, plantas y otros objetos de decoración, colores y materiales, bien combinados y en la ubicación correcta, generen un energía positiva, un ambiente de tranquilidad y paz, que haga que nuestra vida esté también en equilibrio o sea más próspero.
Los consejos que vas a ver a continuación son válidos si vives sola, en pareja, con niños, con la abuela, etc. Cualquier forma de convivencia es válida y acepta trabajar con Feng Shui.
¿Eres la mujer orquesta que tiene que dividirse para el trabajo, la familia, la comida, la casa, las amigas, el jefe, la compra y la mayoría de tareas domésticas? Pero, ¿y tú? ¿Cuándo fue la última vez que te dedicaste 30 minutos solo para ti?
Estoy segura de que muchas todavía estaréis buscando esos 30 minutos en el tiempo pasado… y la memoria no alcanza a localizarlos con claridad. ¿Cómo puedes premiarte con Feng Shui, de forma fácil, y sin coste?
Lo que te apasiona, pero a lo que no puedes dedicar tiempo
Antes de que responda a esta pregunta, deberías reflexionar sobre qué te gusta hacer y nunca tienes tiempo para ello. Quizás te encante la decoración, restaurar muebles, la lectura, hacer tartas deliciosas… o quizás te va más la costura, el yoga, o te gusta hacer collares, o eres fan de las plantas y además tienes buena mano con ellas. O a lo mejor no meditas tanto como te gustaría porque nunca puedes estar a solas.
Muchas personas que me han contactado, que tenían una de estas aficiones y no las realizaban por falta de espacio, después de analizar la casa hemos podido encontrar o crear ese lugar para que pudieran hacer aquello que más les gusta.
Crea tu espacio de felicidad en casa
Un espacio, pequeño o grande, privado o compartido, pero lo importante es que en él puedas realizar esa actividad que te dé precisamente felicidad. A veces solo hay que observar la casa con nuevos ojos, salir del esquema actual y estar abierta a cambios.
¿Tienes una habitación de invitados pero solo tienes invitados 2 días al año? ¿Quizás tienes una habitación sin utilizar porque vas sobrada de espacio? ¿O una estancia trastero?
Piénsalo bien. Todas ellas pueden reconvertirse en tu espacio de felicidad: la habitación de invitados que está 363 días sin uso, seguro que es muy bonita, la decoraste con todo el cariño… pero lo que no te han dicho hasta ahora es que por no utilizarse habitualmente estará desprovista de energía. Y una habitación sin energía te resta de la tuya personal, te desgasta, te desvitaliza.
¿Qué ocurre con una habitación vacía? Lo mismo que con la anterior, o más, porque estará 365 días sin uso.
El poder bloqueante de los trasteros
En cuanto a la habitación trastero, el problema que tiene es de otro tipo. Lo primero es el nombre. Si buscamos la definición de trastero veríamos que se llama a la habitación, pieza o desván destinado a los trastos que no se usan. Mi pregunta en estos casos es ¿si algo no lo usas, para qué lo guardas? Y ahí aparece el “por si acaso…” ¿Te suena? Bien, pues los "por si acasos" no son muy amigos del Feng Shui. Porque está comprobado que más del 95% de ellos nunca más se vuelven a usar.
Todo lo que tienes en el trastero, mientras está contigo, te está bloqueando la energía de tu casa
¿Eres de las que todavía tiene cajas sin abrir de la última mudanza o reforma?
Si has respondido sí: ya puedes ir a por ellas y tirarlas directamente sin revisar, porque te aseguro que aunque las empaquetaste muy bien, ahora no te son útiles, sino las estarías usando.
Todo lo que tienes en el trastero, mientras está contigo, te está bloqueando la energía de tu casa. Ya que esos lugares suelen estar repletos de objetos, y como no son se usan, están ahí quietos, todos juntos, apelotonados, generan ese bloqueo. Como si te metieras en la boca un polvorón entero; que cuando quieres masticar te es imposible hacerlo por el apelotonamiento que se produce en tu boca.
Mi consejo es, en primer lugar, cambiar el nombre a esa habitación. En vez de trastero puede ser la habitación de despensa, de herramientas, de jardinería, de pintura, de creatividad… y por qué no… la habitación de la alegría.
Este es el primer paso. Después deshacerte de todo lo que no es útil, lo que nunca más vas a volver a usar, lo que solo guardas por si acaso, lo que está roto y no tiene arreglo. Puedes venderlo, donarlo o regalarlo, pero debe ir fuera de tu casa.
¿Qué ocurre si no tienes ninguna habitación reconvertible en tu posible espacio de felicidad?
Con mi experiencia sé que siempre existe un plan B, una opción que no es la primera que pensamos pero que también es válida.
Porque aunque sea al finalizar la noche, cuando ya los niños están bañados, cenados y acostados, te preparas tu infusión favorita, te enciendes un incienso y te dedicas tus 30 minutos con tus pensamientos, tu lectura favorita o lo que más te apetezca.
Estoy segura de que vas a poder poner en práctica alguna de estas opciones que hará que te sientas más a gusto contigo misma, que te dediques más tiempo, te cuides, y como resultado saldrás reforzada, más tranquila o más fuerte, empoderada para llegar a donde tú quieras llegar.