Muchas veces nos preocupamos en exceso por ciertos aspectos del hogar, como la distribución de nuestros muebles, qué colores son tendencia para pintar las paredes, cómo vamos a distribuir la cocina… Y dejamos de lado otros elementos imprescindibles, como los textiles del hogar. Hace poco hablábamos de la importancia de saber escoger la ropa de cama adecuada y dejar de priorizar la estética y el diseño al confort que nos puedan aportar, ya que se trata de tejidos que estarán en contacto con nuestra piel, con lo cual el factor bienestar pasa a ser imprescindible.
Pues sucede tres cuartos de lo mismo con nuestras toallas. ¿Cuántos juegos tienes? ¿De cuántas de ellas ya ni te acuerdas el tiempo que llevan ahí colgadas, o en el armario, cogiendo polvo? ¿Cuántas de ellas han pasado a tener un tato más parecido al del papel de lija? Las toallas son textiles que nos suelen acompañar durante años y que están en contacto con nuestra piel, por lo que, a la hora de elegirlas, conviene recordar que estamos invirtiendo no sólo en su diseño, sino también en su durabilidad, su capacidad de absorción, de secado… Y otros muchos factores fundamentales para nuestro confort y bienestar. Una buena toalla para el baño es aquella, por ende, que reúne varios de los factores que hemos mencionado, y cuya materia prima es también de calidad.
Tips para cuidar tus toallas
Pero no basta sólo con saber escoger bien las toallas, sino que su cuidado es igual de importante para que se mantengan impecables y como el primer día durante mucho más tiempo. Para mantener las toallas en buenas condiciones, estos consejos te pueden ayudar:
1. ¿Cada cuánto lavarlas?
El primer lavado hazlo con agua fría y por separado, ya que podrían soltar pelusa o algo de color. Después, lávalas una media de una vez por semana.
Para que el tejido mantenga sus propiedades originales, evita el uso de suavizantes y jabones que contengan agentes blanqueadores o puedan maltratar las fibras. En su lugar, utiliza un detergente suave y no añadas mucha cantidad, ya que el exceso de jabón hace que las toallas pierdan su calidad absorbente.
2. ¿Cómo secarlas?
Para que la tela vuelva a quedar esponjosa, es importante que sacudas las toallas antes de tenderlas. Si utilizas secadora, es recomendable que las seques a baja temperatura, ya que el calor podría dañar el tejido. Tampoco las dejes demasiado tiempo en la secadora, ya que el secado excesivo podría romper las fibras.
Entre una ducha y otra, te recomendamos que tiendas la toalla en una barra, de forma que quede plana. Así se airearán mejor y se secará mucho más rápido que si las cuelgas de un gancho.
Consejito de la abuela: si quieres que tus toallas mantengan su suavidad, añade una tacita de vinagre blanco cuando las laves.
3. ¿Cómo guardarlas?
Para que tus toallas se conserven en mejores condiciones, conviene doblarlas y guardarlas correctamente, dentro de un armario o en algún lugar donde no cojan polvo con facilidad. Las puedes guardar doblada o enrolladas, según el espacio del que dispongas. El truco de las toallas enrolladas es especialmente útil cuando no disponemos de mucho espacio, ya que nos permite almacenar más unidades y sacarlas fácilmente sin desordenar el resto de toallas.
Conviene, además, guardarlas en un espacio seco y fresco, por lo que, pese a que a todos nos resulta más cómodo, es mejor evitar guardarlas en el baño. De esta forma evitarás el exceso de humedad.