Fue su primera vez en la prueba de expulsión y sufrieron de lo lindo. Paco y Jéssica sabían que se enfrentaban a un reto complicado, pese a su larga experiencia decorando habitaciones infantiles ya que son padres de familia numerosa. Sin embargo, del dicho al hecho hay un trecho y en esta fase de la competición los nervios está a flor de piel y pueden jugar una mala pasada.
El arranque, tras la presentación de la invitada de esta semana, Eva González, fue muy emotiva. El presentador les tenía preparada una sorpresa que debía servir como inspiración para su proyecto: los juguetes que marcaron su infancia. En el caso del cocinero, unas pistas y coches de Scalextric, que le recordó a su padre, fallecido recientemente, y en el de ella, unas mazas y una pelota de gimnasia rítmica. La pareja echa de menos a todos sus hijos (de relaciones anteriores), pero la más pequeña de la casa, única en común, de manera especial, por eso optaron por una habitación para una niña donde integraron los elementos deportivos.
En la primera entrada de los jueces, la pareja, que había invertido mucho tiempo en empapelar una de las paredes, apenas tuvo la oportunidad de cruzar impresiones con Tomás, Pepe y Bárbara Chapartegui, que en líneas generales quedó bastante satisfecha con el proyecto. "Podrían haber arriesgado un poquito más, pero lo veo equilibrado", señaló la interiorista, que alabó lo deprisa y concentrados que estaban todos los concursantes. También fue la propuesta mejor valorada por Eva González, que visitó todos los sets para ver de cerca el trabajo y hablar con los peones antes de dar su propio veredicto.
La administrativa murciana, todavía con el resuello en la garganta y el sudor en la frente después de cuatro horas frenéticas, no podía creerse la salvación. "Tenía la sensación de que no estaba acabado del todo. Ha sido una sorpresa", admitió la pareja de Paco, que confesó haberlo pasado mal. "Creía que iba a disfrutar de esta prueba, pero se subre mucho", añadió. Los murcianos fueron invitados a subir al andamio y se mantienen vivos en una competición cada vez más cuesta arriba.
Claves del espacio
1. Papel, pintura y moqueta
Paco y Jéssica supieron trasladar a su propuesta varias técnicas con los paramentos verticales, utilizando papel pintado en una de las superficies y pintura en las otras dos, con buenos acabados. Además, la moqueta de aspecto natural de Leroy Merlín no solo casaba con los colores de la pared, es ideal para habitaciones infantiles porque se limpian con jabón neutro y agua.
2. Armonía y espacio
La elección cromática aportaba calidez y armonía. Además, la colocación de los elementos habilitaba un amplio espacio para el juego, tal y como les señaló Chapartegui.
3. Mobiliario acertado
La pareja optó por no recargar la estancia con muebles para guardar ropa, optó por estanterías, una silla colgante y pequeñas cajas que, además de tener esa faceta más pragmática, podían incorporarse el juego. Sí echamos de menos algo más de decoración en la superficie del cabecero y algo más de riesgo .
4. Zona de juegos y estudio
La zona de juegos, frente a la cama, tenía muy definida su área con la casa de muñecas, la cocinita y el kit de mesas y sillas de juego, así como la de descanso.
5. Iluminación
La pared dedicada a la diversión resultó bastante opaca por la ausencia total de iluminación, que se concentró únicamente en la cama con las cálidas luces de las mesas de noche.