A veces un prado, una montaña o incluso el agua tibia de un río es suficiente para recordarnos la conexión innata que los seres humanos hemos desarrollado a lo largo de los siglos por el entorno natural. Para recuperar esa relación, nuestras ciudades se llenan de espacios verdes. En el interior, las residencias y las zonas de trabajo tratan de incorporar la mayor cantidad de elementos naturales y de inclinación vegetal en sus espacios. El objetivo es que, por un momento, podamos sentir el efecto visual y psicológico que el color verde puede llegar a tener en nuestro estado de ánimo. Ante un lugar con o sin plantas, es probable que tu mirada siempre se dirija allá donde una maceta corona el espacio. Se llama biofilia y es la afinidad que las personas tenemos con la naturaleza. Una relación que se expande con el paso del tiempo.
De hecho, en el sector del interiorismo y la decoración también existe una búsqueda clara por el diseño biofílico. La pandemia, por ejemplo, solo ha hecho que aumentar esta tendencia hacia el mundo vegetal que ya venía sucediéndose hace años. Ahora, las empresas y las viviendas privadas tratan de adaptar cómo pueden ese toque green que no solo esta de moda, sino que parte de la necesidad de conectar con nuestra esencia original.
Pero ¿cómo hacerlo? ¿Cómo iluminar las oficinas y generar un encuentro directo con la naturaleza? Sobre todo, si tenemos en cuenta ciertos conflictos que surgen de la ubicación urbana de la gran totalidad de los proyectos. Aunque ya nos gustaría, la realidad es que pocas empresas operan desde el corazón de la selva.
Por ello, para conocer desde una perspectiva profesional las claves y tendencias del diseño biofílico, el pasado 1 de junio tuvo lugar la Design Talk by Villeroy & Boch en colaboración con Elite Excellence Federación Española del Lujo. Una charla en la que pudimos descubrir las claves para crear espacios naturales de la mano de iniciativas como Proyecto Singular, GMG Arquitectos y Bossvi Deco.
Pilares del diseño biofílico en interiores
Aunque el estilo en el diseño de interiores varía según los gustos, hemos de reconocer que no es lo mismo una oficina fría y funcional que otra marcada por la sostenibilidad y la creación de espacios en los que se garantiza el encuentro con la diversidad vegetal. Este cruce natural puede darse mediante huertos o jardines o, incluso, desde nuestro puesto de trabajo, teniendo frente a nosotros unas cristaleras que nos muestren los árboles y el cielo despejado. Solo así, surgen espacios que como Nest City Lab buscan la convergencia entre trabajo colaborativo, sostenibilidad y hábitos saludables. Todo ello bajo un mismo edifico.
No se trata de reproducir la naturaleza, sino de dotar a los espacios de esos elementos naturales que la gente asocia con lugares abiertos, dinámicos y verdes.
Para José Manual Matallana, arquitecto de interiores en Proyecto Singular, hay algunos pilares básicos que no podemos pasar por alto si queremos diseñar en clave biofílica. Un interior verde implica:
- La presencia de la naturaleza en el espacio, ya sea a través de plantas, agua o corrientes de aire. Es decir, todo lo que podemos captar físicamente.
- Para crear esa analogía con la naturaleza, podemos valernos de las formas orgánicas de la arquitectura o el mobiliario, así como utilizar diferentes materiales naturales.
- La tercera parte es más sensitiva. Se trata de la misma naturaleza del espacio, la cual puede ser base de refugio o protección. Un jardín en el que descansar sería el ejemplo perfecto de ese modelo verde que nos ayuda a relajarnos y desconectar.
A la hora de diseñar un espacio naturalizado, desde Proyecto Singular nos explican los pasos a seguir: “Primero hacemos una concepción del espacio para ver qué podemos introducir; desde la orientación hasta la luz natural o las circulaciones naturales. Luego incluimos esos patrones dentro del espacio interior, utilizando los materiales más adecuados”, comenta José Manual Matallana.
Naturaleza en la arquitectura de exteriores
Ahora bien, ¿se podrían extender estos principios a la arquitectura de exteriores? “Los fundamentos biofílicos se pueden adaptar perfectamente a los interiores y por su puesto al diseño exterior de los edificios”, explica Marián Galindo, de GMG Arquitectos, quien también expone algunas claves para hacerlo realidad. De entre ellas destaca:
- Fachadas vegetales. Crear un edificio que incorpore la vegetación en la parte frontal con cubiertas verdes. En caso de sentir un especial interés por la horticultura, se puede optar por la incorporación de pequeños huertos urbanos.
- Inclusión de materiales naturales. Si tenemos un edifico que no ocupa la totalidad del solar, podemos utilizar ese territorio e incorporar el diseño biofílico en ese espacio contiguo al edificio. Esto dará una mayor libertad de aplicación de los elementos naturales porque estamos en el exterior. De esta manera se pueden añadir rocas, vegetación, pavimentación a base de tierra o piedras naturales y agua en laminas o fuentes.
- Espacios de desconexión verde. Sería recomendable construir espacios de descanso y paseo para que los usuarios o los trabajadores del edifico puedan tener un pequeño momento de desconexión y contacto con la naturaleza.
- Acceso a la luz natural. Otro de los pilares esenciales en el diseño biofílico es conseguir espacios iluminados de manera natural. Para ello, se pueden construir patios interiores que permitan el acceso de la luz natural hasta el interior. Al fin y al cabo, la luz también nos conecta con la naturaleza, ya que todos nuestros procesos biológicos están asociados al ciclo solar. “Hay que conseguir que nuestro cuerpo esté conectado con la percepción lumínica para que funcione correctamente, sino perdemos la noción del tiempo”, explica Marián Galindo en relación a las oficinas mal iluminadas.
Naturaleza artificial: aliada en la decoración de espacios
Aunque las plantas y otros elementos naturales nos acercan de lleno a esa conexión con lo verde, también es cierto que existen otras maneras de construir estos espacios sin necesidad de que broten semillas. Nos referimos a la naturaleza artificial, que en los últimos años solo ha hecho que crecer tras el ansia, bastante perceptible, por el universo green.
El objetivo de las plantas y jardines artificiales es ubicar naturaleza dónde esta no tiene cabida o dónde no llega.
“Para desarrollar nuestra jardinería artificial partimos del conocimiento y el amor por naturaleza”, explica Laia Ortuño, de Bossvi Deco. De hecho, las opciones de esta modalidad son interminables y ya se utilizan en el diseño de muchos restaurantes y oficinas con la finalidad de crear un ecosistema que combina naturaleza con elementos artificiales. Lo que es seguro es que los cuidados, en este caso, no son tan rigurosos como los de las plantas de interior.
Como vemos, a día de hoy las soluciones inteligentes, tanto en decoración como en urbanismo, pasan de manera irremediable por el mundo natural. Construir ciudades y edificios de manera sostenible no solo ayuda al planeta, sino que nos proporciona un entorno agradable, práctico y dinámico del que podemos aprovechar los elementos que la Tierra nos proporciona, pero sin abusar de ella.
En realidad, el objetivo final en el diseño biofílico es el de “crear un edificio que diluya los límites entre construcción y entorno laboral de forma que incorporemos la naturaleza visualmente o incluso hacerlo de forma física”, reflexiona Marián Galindo. El resto son todo beneficios para nuestra salud, la cual se rige por un entorno que, aunque cada vez más cambiante, no deja de ser el pilar central de nuestra vida.
Para los más amantes de lo green, os dejamos con algunas claves para incorporar este tipo de diseño natural en vuestras viviendas. Unos trucos que nos acercan más y más hacia la ya tan temida obsesión por el universo de las plantas.