Todas las casas tienen ese margen de maniobra en el que puedes (y debes) añadir cosas nuevas cada cierto tiempo, por pequeñas que sean, con el objetivo de hacer que las estancias se vean y se sientan “vivas”.
El verano es una estación que por sí sola llega cargada de infinitas connotaciones de frescura, color, luz, etc., muy propias de estos meses, y muy fáciles de aplicar en nuestras estancias. No se trata de hacer grandes cambios, sino de buscar ciertos guiños decorativos.
El blanco es el rey
Fotografía: Indie Home Collective
Sabemos que este color es sinónimo de sensaciones estivales al 100%. Se trata, pues, de apostar por el blanco en todos los espacios con aquellos complementos fáciles de aplicar, como pueden ser los textiles, ya sea en sábanas, cortinas, cojines, alfombras, etc.
Explosión de colores
The deco journal
En el otro extremo nos encontramos los colores, siempre llamativos, alegres… Una idea genial puede ser llenar una de tus paredes con cuadros de diferentes imágenes y dibujos que representen esta explosión cromática; y cuando llegue el invierno ya los sustituirás por otras instantáneas.
Flores siempre frescas
Fotografía: Tessa Neustadt
Por pequeño que sea el ramo, busca tus rincones más personales y haz que en ellos luzcan flores frescas. Es un accesorio decorativo de verano indispensable. Además, puedes hacer que el color combine con algún elemento de la estancia.
Combinación infalible
Fotografía: Apartment Therapy
Flores, colores, aire libre… ¿Y quién reúne todas estas pautas? Sin duda, la mesa de verano. Elige una vajilla de piezas variadas, de tonos distintos y compleméntala con textiles que contrasten, todo en un cromatismo que llame especialmente la atención.
Estampados estivales
Fotografía: Sfgirlbybay
Hay una serie de estampados claramente de líneas veraniegas, como son los tropicales, las plantas, los pájaros, las piñas, los flamencos, las flores, etc. Haz un guiño en la decoración de tu casa con alguno de ellos, sin caer en el error de abusar.
Jardines urbanos
Fotografía: Fernando Pozuelo
No siempre el verano es sinónimo de vistas al mar o a la piscina, pero con un bonito jardín, la ciudad también se puede convertir en un oasis. Ya sea terraza o balcón, el contacto con las plantas no debe faltar, y su mantenimiento, además, puede convertirse en una tarea relajante.
Iluminar los exteriores
Fotografía: Estilo y Deco
Cuando cae la noche en el jardín, la terraza o el porche, la idea es iluminarla de forma tenue para crear un ambiente acogedor y agradable. Los farolillos, las velas y las guirnaldas resultan la mejor opción.
Materiales naturales
Fotografía: Alvhem
En decoración de verano lo que no falla nunca son las piezas de materiales naturales, como las fibras, el bambú, etc. Y en esa misma línea pero en materia de textiles, hablamos de linos, algodones, etc. Aportan frescura y ligereza al ambiente.
Decoración con sabor a mar
Fotografía: Pottery Barn
El mar, qué duda cabe, es la principal fuente de inspiración cuando hablamos de decoración de verano. Por eso, nunca falla cualquier detalle que aluda a un estilo marinero en casa: estrellas de mar, conchas, corales, etc. y siempre combinando blancos y azules, para cualquier estancia.
Buscar la sombra
Fotografía: 10 Rue Vintage 74
Sobre todo en las horas centrales del día en verano. Existen muchas opciones para ponerse a cubierto en los espacios exteriores, pero un techo de cañizo aporta este toque de sencillez, de textura natural, creando un juego de luces y sombras muy agradecido a la vez que decorativo.