Cómo montar y decorar la habitación infantil para que sea un juego de niños

Estas ideas harán que los más pequeños de la casa ‘tomen’ posesión de su espacio y se sientan en su cuarto tan a gusto que no querrán ni dormir en tu cama ni jugar en el salón. Un universo a su medida, lleno de buenas ideas para niños felices y padres tan contentos como ellos

Foto: Lorena Canals
Foto: Lorena Canals

A la hora de montar la habitación infantil, debes tener en cuenta distintos aspectos, como la edad del niño, la comodidad, la estética y la seguridad, pero ante todo deben ser inspiradores, a ser posibles, crecer con ellos, para que no tengas que hacer reformas cada dos o tres años y amortices con creces el desembolso inicial y, por supuesto, estar diseñada para ellos con su personalidad y sus manías ‘deco’ como poner una funda nórdica que no pegue con nada. Eso sí, estas ideas de decoración te ayudarán a crear un cuarto para los más pequeños de la casa en el que siempre querrán estar. ¡Saléis ganando todos!

Antes de ponerte manos a la obra, echa un vistazo al cuarto y repasa sus 'puntos negros', aquellos que por cualquier circunstancia pueden ser peligrosos para ellos. Instala bloqueos en ventanas y balcones, sistemas para que no se pillen los dedos con las puertas, protectores de enchufes… Y anticípate a sus movimientos: evitando colocar estanterías sobre la cuna, al igual que cortinas en las que se puedan enredar y ancla el mobiliario auxiliar. La seguridad  es tu mejor herramienta contra los accidentes. Foto: Lorena Canals

Sobre el autor

Lola Marquez

Periodista

Llegué al mundo de la decoración y el diseño de casualidad y me quedé para siempre. Y, a pesar de que han transcurrido muchos, muchos años (como en los cuentos), sigo viendo, leyendo y, por supuesto, escribiendo con la misma ilusión y las mismas ganas. He tenido etapas, como todas, he cambiado de estilo y he sustituido en mi corazón ‘deco’ los suelos de madera por el papel pintado, aunque sigo guardando un lugar especial para un buen sofá: será cosa de la horizontalidad. También he comprobado que el amor verdadero por la decoración se pega y se transmite de generación en generación. Para comprobarlo, basta con ver las habitaciones de mis hijas y recordar el recibidor de mi infancia.

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