Colvin, una de las empresas pioneras en floristería online, ha dado el salto al mundo exterior y ha abierto su primera tienda física en el barrio de l’Eixample de Barcelona, en la calle Pau Claris. La start-up inauguró su establecimiento el día de Sant Jordi, aprovechando la alta demanda de flores en Cataluña. El local es un espacio diáfano de 100 metros diseñado por el estudio Roman Izquierdo Bouldstridge, que ha transformado el espacio que antes albergaba una oficina bancaria. La inspiración para el diseño fue reinterpretar un campo de flores con caminos a la sombra de los árboles, creando una nueva atmósfera donde lo natural y lo artificial se fusionan.
Fundada por Andrés Cester, Sergi Bastardas y Marc Olmedillo, la start-up ya ha levantado más de 11 millones de euros en operaciones financieras desde principios de 2017, y con esta apertura ha querido acercar la experiencia de marca a los consumidores de manera más directa.
El local sirve de punto de venta, tanto para comprar al momento como para recoger un producto encargado online, gracias al servicio “click & collect”, la opción con la que los usuarios pueden hacer su pedido desde cualquier parte y pasar a recogerlo por la tienda en unas horas. Pero la tienda también cuenta con una parte “atelier”, donde los clientes pueden ver como se confeccionan los ramos. Marc Olmedillo, cofundador de Colvin, explica la importancia de tener una tienda física.
El aroma de las flores es uno de sus principales componentes emocionales y eso es algo que no podemos mostrar en el mundo digital, así que este paso viene dado casi por la naturaleza del propio producto
Colvin nació a finales de 2016 con el objetivo de revolucionar un mercado todavía muy tradicional, explotando la inmediatez de la web y aprovechando las ventajas de la tecnología para desintermediar la cadena de suministro en el sector. La idea de Colvin es abrir más tiendas físicas en las principales ciudades de los países en los que está presente.
Atelier, la zona donde nace la creatividad
Siguiendo las tendencias del mundo retail y con el fin de ofrecer a los usuarios la mejor experiencia, el nuevo espacio de Colvin ha sido pensado y diseñado para acercar la marca al consumidor final de una forma mucho más experimental en la que actividades creativas como talleres o charlas permiten a los usuarios tocar, oler, sentir y jugar con todas flores, descubrir sus secretos, crear composiciones propias y conocer al equipo de floristas que forman parte del equipo de Colvin.
La apertura de la primera tienda Colvin es una apuesta por la omnicanalidad en la que poder aprovechar las ventajas de cada mundo y conseguir una experiencia de usuario mucho más sensorial
La tienda consta de un área de exposición, donde los clientes eligen su ramo, y un pequeño taller semiabierto donde los floristas preparan sus composiciones, además de las áreas privadas. Todas estas zonas se conectan a través de puertas correderas.
Pero para los más apasionados del mundo floral, la tienda imparte talleres florales, la máxima explosión de la experiencia que ofrece la tienda. Durante unas horas enseñan a sus alumnos a ser floristas por un día: cómo montar tu propio ramo con técnica básica, pero, sobre todo, a tu aire y con tu personalidad. Las plazas son limitadas y el precio por persona es de 49 euros.