Nos trasladamos al corazón de Donostia para conocer de cerca el interiorismo de esta vivienda de 63 m2 intervenida por el estudio Bade. Tras la reforma integral, podemos observar una casa en la que la paz y el confort reinan por sí mismos. Los tonos neutros y la calidez de sus materiales nobles ayudan a crear esa sensación de total armonía.
Aunque no lo parezca, la distribución inicial funcionaba bastante bien, por lo que se tuvieron que hacer pocas pero importantes modificaciones para adaptar la vivienda a los nuevos propietarios, según explican desde Bade. La entrada de la habitación principal se ha cambiado de ubicación para crear un gran armario, y a su vez comunicar con el estudio a través de una doble puerta.
En cuanto a la cocina, se ha pasado de una cocina cerrada a una abierta y mejor comunicada con el comedor, para mejorar así el aporte de luz natural y los recorridos de la vivienda. Además, uno de los detalles que más llama la atención es la piedra que, bien a la vista, acompaña algunas de las paredes, sí como la estructura de madera en vigas y columnas.
En la distribución hay una sucesión de espacios que no podemos pasar por alto; cocina-comedor-salón se contagian del espíritu cotidiano para un correcto funcionamiento. En el estudio se ha diseñado una librería a medida para guardar todos los libros que los clientes poseían desde hace muchos años. Un interiorismo de lo más cuidado que se plantea de manera abierta y dinámica, ofreciendo a los propietarios la posibilidad de disfrutar de todos los ambientes al mismo tiempo.