Con uno de los cascos antiguos mejor conservados del País Vasco, la ciudad de Vitoria se alza como una plaza residencial de alma contemporánea y de gran respeto por el pasado. Ta l vez por ello, y dado que esta vivienda está muy bien situada y dispone de mucha luz, sus propietarios se animaron a comprarla para establecerse en ella.
No les asustó que su distribución estuviera anticuada, ni que hubiera que reorganizarlo todo para conseguir una buena conexión entre el salón y la cocina. Para lograr su propósito acudieron al estudio Martínez Elorza. Allí Odone Elorza y Elisa Martínez, ambas arquitectas y fundadoras del estudio, dieron con las claves.
“Apostamos por una reforma integral, demoliéndolo todo e iniciando el proyecto desde cero, como si se tratara de un lienzo en blanco”, comenta Odone; a lo que Elisa añade: “la mayor dificultad fue integrar la antigua terraza en la vivienda, ya que las paredes que la dividen son muros de carga y los huecos de paso no se podían mover; también integrar el pequeño despacho para teletrabajar y usar el resto para la cocina fue clave”.
Hacemos que cada vivienda sea funcional y se adapte a la vida de sus propietarios cuidando la estética y el estilo hasta el último detalle. Para nosotras, ambas cosas deben ir de la mano. Es el modo de que el proyecto final tenga éxito
Odone Elorza y Elisa Martínez, arquitectas
Otro de los retos fue sacar dos baños de donde únicamente había uno, de ahí que se decantaran por dos cabinas –una con inodoro y ducha; otra con inodoro y bañera–, unidas por un anteaseo, donde se sitúan los lavamanos. Con ello, esta última zona se convierte en un distribuidor que organiza el acceso a las distintas cabinas, haciendo de este baño una estancia muy funcional –dado que se pueden usar los distintos espacios al mismo tiempo por distintas personas–. “Esta idea responde a una necesidad imperiosa y recurrente: aprovechar al máximo la superficie útil de toda la vivienda y conseguir que se viera amplia y luminosa”, apuntan las arquitectas.
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
A la hora de decorarla, “buscamos una sensación de modernidad acogedora. Con pocos elementos, pero situados en puntos estratégicos. Esto se puede apreciar con el gran cuadro del salón, que aporta personalidad al espacio y con otros elementos decorativos de grandes proporciones y con carácter, como la librería del salón –es un ejemplo de funcionalidad y estética: en la vivienda había muchos libros que colocar y se optó por realizar con ellos grandes torres suspendidas; así, además de agruparlos, conseguimos un deseado toque arty–”.