Tradición y modernidad conviven en esta casa modernista con molduras y pinceladas azules

Una rehabilitación integral en la que se recuperan elementos singulares olvidados, ocultos y de gran valor

El resultado del proyecto de Heres Arquitectura es una casa en pleno Eixample Barcelonés dotada de estilo y clase

Tradición y modernidad conviven en esta casa modernista con molduras y pinceladas azules
Tradición y modernidad conviven en esta casa modernista con molduras y pinceladas azules
Foto: Jordi Folch Realización: Paloma Pacheco Turnes

Deseaban un piso en Barcelona mientras su hija terminaba sus estudios en esta ciudad. La idea era disponer de él ahora y volver allí cuando se jubilaran. Y dieron con este espacio –y se enamoraron– de la zona; les encantó su centralidad y la proximidad a restaurantes y mercados. Tanto así que lo compraron y lo rehabilitaron por completo (las obras duraron 9 meses).

Y es que “el estado general del inmueble presentaba muchas deficiencias, y las sucesivas intervenciones, poco cuidadas, generaron una serie de capas difíciles de retirar; afortunadamente, el esfuerzo de sus dueños y los constructores nos llevaron a sacar el mayor partido de los elementos singulares que existían en la vivienda y poner en valor cada uno de ellos para lograr un conjunto armónico como resultado”, comenta Héctor Restrepo, autor de este proyecto y arquitecto en Heres Arquitectura.

Aunque no sin dificultades: “En la adecuación de un piso del Eixample barcelonés, con elementos olvidados y ocultos por las intensas reformas, cabe destacar el esfuerzo realizado para la recuperación de materiales de más de cien años, como el mosaico de Nolla, los falsos techos de cañizo con molduras muy trabajadas y las carpinterías originales de madera en la fachada principal; todo ello combinado con la toma de decisiones de la nueva materialidad, de tal forma que entre los elementos rescatados y los nuevos, formaran un conjunto avenido y dialogante a nivel espacial y sensorial”, aseguran los arquitectos.

El resultado final, elegante, respetuoso y apacible, es fruto de la comunión de ideas del propietario –Thomas Klodowski, que se encargó de la decoración– y el arquitecto: de una parte, se establecieron unas líneas muy claras y puras a nivel espacial y de diseño y, de otra, se logró la aportación de los dueños y su basta experiencia en el mundo inmobiliario para crear una visión más cálida y confortable de los espacios.

Actualmente, la casa la habita la hija de los propietarios, pero está preparada para acoger a la familia en sus visitas esporádicas a la ciudad, y pensada para que en un futuro pueda ser su vivienda permanente.