Después de buscar durante 4 años, el arquitecto y fundador de Duke’s House, José Duque, dio con esta joya en el madrileño barrio de Salamanca.
El espacio llevaba más de 30 años cerrado, por lo que el equipo de José Duque, de Duke’s House, tuvo que realizar una reforma integral, convirtiéndose en uno de los retos más complicados a los cuales se habían enfrentado.
Dicha rehabilitación implicó llevar a cabo un cambio de carpintería, aislamiento de paredes, techos, suelo, y trazado de instalaciones, que antes de su llegada no existía. Por un lado, tenían muy claro la magnitud de la reforma y, por el otro, la gran oportunidad de demostrar su talento.
Me identifico con la arquitectura moderna y apuesto por los espacios con carácter, abiertos, dinámicos, que se transforman; todo ello, conservando la esencia de los mismos, pero desde el punto de la restauración
- José Duque, arquitecto
“Me enamoraron esos 10 ventanales curvos que daban a una gran avenida, e imaginé el caudal de luz natural del que podría disfrutar. Eso fue decisivo para hacerme con el piso”, asegura. Y eso que las ventanas eran de madera, sus persianas chirriaban, y en su mayoría, no se podían subir, pero pudo imaginar cómo sería visualizar el amanecer y el atardecer a través de ellas.
Hoy puede decir que esa imagen es realidad, siendo uno de los grandes placeres que el estudio proporciona, tanto a nivel inspirador en su trabajo, como de conexión en los momentos en los que la jornada de trabajo termina.
Tendencia ‘bold’
La tendencia “bold” consiste en usar muebles u objetos de decoración con curvas, dejando de lado la rectitud del minimalismo clásico.
La casa-estudio de José Duque es un claro ejemplo de esta tendencia, no solo por la curvatura de los ventanales y paredes, sino también por los muebles curvos como el sofá, los sillones e incluso los cojines y estampados de las alfombras.
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco
Duque comenta divertido cómo cambió su percepción de algunos detalles que hoy son protagonistas de sus espacios: “Una de las cosas que no me gustaron fueron los pilares macizos que se encontraban en el centro del actual comedor ocupando gran parte del mirador. Sin embargo, cuando comenzamos con la demolición descubrimos que se trataba de una estructura metálica que decidimos dejar al descubierto y potenciarla”.
La parte superior la utilizaron como expositor para albergar esculturas y en la zona intermedia como chimeneas de bioetanol, siendo hoy en día uno de los grandes protagonistas del estudio.
Para lograr el empaque y el look final que respira esta casa-estudio, el arquitecto contó con el trabajo de grandes interioristas y artistas, así como con la directora creativa Paloma Pacheco Turnes, quien realizó el magnífico proyecto de interiorismo, dando su lugar a cada pieza y creando espacios muy funcionales.
El objetivo principal era convertirlo en carta de presentación del estudio, una muestra de su trabajo, recibir a sus clientes y que vieran de primera mano la producción de su equipo, incluyendo todos los recursos proporcionados por sus proveedores. Misión cumplida, sin duda.