Tras años buscando una antigua casa tradicional en el sur de Mallorca, finalmente, en 2018, los promotores encontraron esta vivienda con un gran potencial, que en 2021 se convertiría en una joya que fusiona la arquitectura rústica con el interiorismo contemporáneo.
La casa llevaba años deshabitada y el deterioro era muy elevado, cosa que dificultó la reforma. Si a eso le sumamos que la fachada de la casa estaba protegida, Mora Arquitectura, se enfrentaba a un reto complicado. Pero, alerta spoilers, el resultado es magnífico como poco.
El encargo por parte de la propiedad era muy claro: una casa de 4 habitaciones, un despacho, y un apartamento de invitados con 2 habitaciones. El primer paso fue derribar todas las pequeñas edificaciones que se habían ido añadiendo durante el paso del tiempo, y que distorsionaban el espacio real del edificio principal.
Únicamente se conservaron las 4 paredes exteriores, la pared central y algunos forjados. Estas paredes se limpiaron para descubrir la piedra y las vigas de madera se lijaron. Además, se optó por restaurar y reutilizar parte de la carpintería interior de madera y algunos pavimentos.
Se ha cambiado la distribución, situando la zona de día en la planta baja y los dormitorios en la primera planta. En cambio, se han conservado el mayor número de elementos originales como las preciosas vigas de madera o el muro de mampostería de piedra caliza rejuntado con cemento mallorquín que envuelve la casa.
No queríamos renunciar ni a la estética tradicional ni a la iluminación
- Mora Arquitectura
El principal objetivo del proyecto, fue el de dotar de mucha luz natural a todas las estancias. Esto confrontaba con la estética tradicional de las viviendas de la zona, las cuales tienen las ventanas muy pequeñas para protegerse del calor estival. Encontrar una proporción adecuada entre las ventanas y las paredes interiores y exteriores fue lo más complejo.
Júlia Moser, promotora del proyecto, ha llevado a cabo el interiorismo, que destaca por fusionar la decoración rústica con los detalles modernos. Como podemos ver, la madera es el material protagonista y el encargado de mantener esa esencia de casa de campo. A su vez, los suelos de baldosas y la cocina con isla son los claros puntos modernos de la casa.