La sensibilidad y buen gusto de los clientes fueron determinantes en la elección de esta casa tan singular: una pieza ubicada en La Moraleja (Alcobendas) y diseñada en 1982 por el arquitecto egipcio Samir Youssef, discípulo del arquitecto Oscar Niemeyer, considerado una de las figuras clave en el desarrollo de la arquitectura moderna. La residencia tiene ciertas reminiscencias del mediterráneo, cuya arquitectura admiran tanto los propietarios como Trenchs Studio, quien se encargó del proyecto. Por este motivo, se decidió conjuntamente que el proyecto reforzase los valores de la arquitectura balear y evocase sensación de paz, relax y bienestar.
Ya desde la primera visita, el estudio quedó cautivado por dos elementos arquitectónicos: el primero es un gran porche orientado a sur, con cubierta inclinada y cinco grandes arcos de medio punto que nacen desde el suelo, confiriendo a la casa un aire escultórico y majestuoso. “Esta arquitectura nos enamoró e hizo que toda la intervención girara alrededor de esta imagen tan romántica” explica el fundador del estudio Ricard Trenchs. El uso de arcos es una constante en la arquitectura original de toda la vivienda y la reforma buscó potenciar estas preexistencias de una manera muy respetuosa, abriendo la casa al jardín y a la luz natural.
La gran chimenea que preside el doble espacio del salón es la otra pieza clave que maravilló al equipo de Trenchs Studio. Este elemento escultórico, que articula la estancia, está formado por una doble curvatura y se convierte en la pieza angular de todo el proyecto. En base a su morfología se crea un juego espacial de otros dos volúmenes curvos, como la pasarela del doble espacio y la escalera que baja a la bodega.
Los materiales naturales y nobles son la prioridad en el rediseño de la vivienda. La intencionalidad es crear una atmósfera natural y envolvente mediante tonos cálidos y neutros, pero de una manera muy sutil, que permite potenciar la arquitectura y los juegos de la luz natural.
Foto: Manolo Yllera Estilismo: Amaya de Toledo
Para conseguir esta neutralidad y nobleza en los materiales, la nueva propuesta utiliza, por un lado, el mármol perlado en pavimentos de las áreas de día y, por el otro, la calidez de la tarima natural de roble en el resto de estancias.
Además, las paredes de todas las estancias se han revestido con estuco de cal, consiguiendo una naturalidad muy mediterránea. Los baños se han diseñado con piedra caliza de Campaspero, una propuesta de los propietarios, porque ya los acompañaba en su residencia anterior. Esta piedra de tonos suaves y gran belleza armoniza perfectamente con el resto materiales elegidos. Junto la madera de roble europeo se han utilizado textiles naturales: yute, lino y algodón presentes tanto en armarios como en alfombras, telas o cortinas.
Iconos del mobiliario del diseño y gusto por el arte
A diferencia de los materiales arquitectónicos más tranquilos y neutros, que evocan al Mediterráneo, las piezas de mobiliario y decoración han sido intencionadamente seleccionadas para provocar un contraste: se crea así una dualidad entre lo rústico y lo urbano.
En la casa hay lugar para los grandes clásicos del diseño en mobiliario e iluminación, en combinación con muebles rústicos o de anticuario. Asimismo, el arte juega un papel muy importante en el desarrollo del proyecto. Los propietarios son unos grandes amantes del arte y se ha tenido especial cuidado en la elección de la ubicación de cada pieza. La escultura Vertical dislocado en 3 tiempos de Rafael Barrios, por ejemplo, corona la perspectiva del salón principal aportando mucha fuerza y color. También destaca el cuadro Relief Man de Stephan Balkenhol, que rompe el ritmo de la librería principal, entre otras muchas obras que podemos encontrar en toda la residencia.