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Un lugar para vivir lejos del ruido y del estrés

La renovación de una vivienda con vistas a la bahía de Santander, de la mano de la arquitecta María Marcos, de Estudio Lätt, da como fruto un espacio sereno y acogedor, en el que relajarse y disfrutar del entorno y en el que olvidarse del estrés y el ruido diarios

Imagen del salón de la vivienda
Imagen del salón de la vivienda

  • Texto: Laura Fort I Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia I Fotos: David Montero

Un dúplex en una de las mejores zonas de Santander, frente a la playa de la Magdalena y con unas vistas impresionantes sobre la bahía, vive una magnífica remodelación de la mano de María Marcos, de Estudio Lätt. “La reforma vino motivada por la hija de los dueños, que vive en Suiza con su familia y quería transformar la parte alta de la vivienda para los períodos que pasan en España. Partíamos de la base de unas estancias muy oscuras, revestidas de madera y con una decoración muy cargada. El último piso disponía de dos dormitorios, baño y salón, así que lo transformamos para que se pudieran instalar cómodamente”, comenta María. La idea principal fue ganar luminosidad y vistas, pasar de ambientes apagados y muy compartimentados a crear una sensación de fluidez y dinamismo. Para ello se conjugó la reforma de la distribución, los materiales y el mobiliario. “Se reestructuró la planta alta creando un salón con una zona de office/bar que queda oculta en un mueble de madera hecho a medida y diseñado por María Marcos y que está completamente integrado en la decoración, y un dormitorio en suite con un baño abierto donde el eje central es la ducha que hace de cabecero de la cama y de base de circulación de la habitación”, aseguran desde el estudio de arquitectura e interiorismo.

En el salón se ganó altura hasta la cumbre de la buhardilla, respetando la forma agaterada de la cubierta, y se abrió otra ventana para dar mayor luminosidad y optimizar las vistas. Ahora la sensación espacial es mayor y el paisaje del mar entra en la vivienda. Esta estancia se organiza en tres áreas: el estar y zona de TV, que ocupa la mayor parte, un despacho con vistas a la bahía, y un office en donde el mueble bar da servicio completo a todo lo que se necesita en esta planta. Desde el salón se accede al dormitorio en suite: se transformó lo que eran dos habitaciones oscuras, un pasillo y un baño en un espacio abierto. Un nuevo concepto donde la ducha es el eje principal. Desde la entrada se puede ir hacia la zona de dormitorio o la de baño. La ducha queda delimitada por el cabecero de la cama y un gran ventanal desde el que se ve el mar mientras te duchas. Aprovechando el agaterado, todo lo que rodea el dormitorio son armarios, creando un vestidor perimetral que ofrece mucha capacidad de almacenaje. Con el mobiliario se busca ganar sensación de paz y relax, trasladar la idea de verano continuo, de desconexión, y crear una atmósfera acogedora. Se han seleccionado piezas de diseño atemporal, en tonos neutros, donde la protagonista es la mesa de centro: una escultura creando una alegoría a las piedras del mar y con un gran sobre de vidrio. La alfombra representa las tonalidades de la estancia, que van desde los azules a los verdes y los mostazas. Son una serie de curvas que con sus formas logran sensación de dinamismo.

En la planta baja se reformaron la cocina, los baños y la terraza. La primera se actualizó creando una gran isla central y desplazando la zona de trabajo hacia los grandes ventanales del fondo. Se amplió la puerta de acceso y se diseñó otra de tránsito con lamas de madera que dejan ver las vistas del mar, pero respetando la privacidad. La terraza se decoró creando un comedor exterior muy agradable orientado al sur. Y en los baños se actualizaron los acabados. Un lujo frente a la bahía de Santander.

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Laura Fort I Estilismo: Cristina Rodríguez Goitia I Fotos: David Montero