Dicen que “la esencia se conserva en frascos pequeños” … Este apartamento es un buen ejemplo. En tan solo 50 metros cuadrados, se concentra el espíritu mediterráneo. Frescura, naturalidad y (sobre todo) mucha luz son las notas protagonistas de este piso con aroma a brisa marina ya que está situado frente al mar. Es el pied-à-terre de una joven alicantina que reside en Nueva York y quería tener su propio espacio en su ciudad natal para disfrutar de su buen clima y su gastronomía cuando su apretada agenda se lo permite.
Encontró este pequeño piso y, aunque estaba totalmente obsoleto, no se lo pensó dos veces ya que su ubicación es fantástica; se encuentra en primera línea de mar en la Playa de San Juan.
Para llevar a cabo la reforma integral que el piso requería, confió plenamente en Rodes Arquitectura & Diseño. “La propietaria nos pidió dos habitaciones y una decoración de inspiración ibicenca”, comenta Ángeles Rodes, fundadora del estudio. El equipo se puso enseguida manos a la obra, salvando la distancia gracias a la tecnología.
Una península de piedra separa la cocina del salón. Mención a parte merecen las vistas desde la parte de mesa. Foto: Germán Cabo
El piso estaba compartimentado y el estudio ha apostado por eliminar barreras para conquistar metros, luz y vistas. Ha diseñado una nueva distribución y ha creado un espacio de día diáfano de forma que, desde la puerta de acceso al apartamento, se ve el mar.
Ahora sí, en este nuevo espacio el mar y el sol son los protagonistas. Los mejores cómplices para unas vacaciones relajantes. Sin duda, merece la pena cruzar el charco.