Un piso pequeño, para dos, a la medida de las necesidades de sus propietarios, 52 metros cuadrados cargados de personalidad y estilo, y con una estética serena pensada para el disfrute en pareja. Así es esta mini casa en el Madrid antiguo.
Sus dueños se enamoraron de las posibilidades que ofrecía, de la altura de sus techos (superan los 3,5 m) y, al estar en una esquina, de que dispusiera de cuatro ventanas que dan a la calle y que permiten que la luz natural inunde todos y cada uno de los ambientes; y la convirtieron en el hogar de sus sueños.
Se trata de una rehabilitación integral realizada por uno de nuestros grandes interioristas, nada menos que Erico Navazo. La reforma duró tres meses y fue integral, demoliendo todos los tabiques, renovando las instalaciones y aprovechando el muro de carga para organizar el espacio.
“Se dio la vuelta completamente a la distribución: donde estaba el salón, actualmente encontramos el dormitorio; y donde está la cocina abierta antes había dos dormitorios, el pasillo y el baño”, comenta Erico. Y sigue: “La mayor dificultad fue encajar la cocina abierta en el salón. Para ello tuvimos que diseñar un mueble especial que cubriera toda la pared, integrando todos los elementos comprometedores.
Aquí, el mobiliario lacado en un elegante color verde es el sello de identidad de la casa”. A hora es un espacio libre, donde todos los elementos tienen su lugar y se disfrutan cómodamente.
Foto: Amador Toril Realización: Paloma Pacheco Turnes
La arquitectura es sencilla y la decoración casual, algo que permite focalizar y jugar con obras de arte, elementos artesanales, muebles de diseño contemporáneo, antigüedades y piezas que ya poseían los propietarios y que querían incluir en la casa. En todo se nota la mano sabia del interiorista, combinando muebles de diferentes épocas, factura y procedencia, textiles sobrios, elegantes y funcionales y colores en constante contraste y equilibrio, un juego que pocos reproducen con tanto arte.
Y es que Erico hace fácil lo difícil: ha sabido optimizar los metros de un piso pequeño, dar privacidad a los espacios de descanso y amplitud a los sociales; ha integrado la cocina en el salón comedor, eliminando barreras y pasillos... y lo ha decorado todo con constantes dosis de encanto.