La ubicación - en una calle comercial de Madrid - fue clave a la hora de decidirse por este pequeño apartamento que requería una reforma integral. Se trataba de un piso anticuado, con una distribución compartimentada y con un mal aprovechamiento de la luz natural.
Los propietarios viven en Toledo todo el año, pero buscaban un pied-è-terre o piso satelite en la capital. Cuando encontraron el piso de sus sueños, confiaron en De la Franca Diseño, el estudio de interiorismo que había reformado, años atrás, su primera residencia. Así pues, se embarcaron en una reforma integral que duró dos meses. Visto y no visto.
El primer paso fue enderezar la nueva distribución, creando espacios abiertos y armoniosos. La cocina se abrió al salón, creando así un espacio para un pequeño comedor-office. Además, se cerró el balcón y dio lugar a una especie de galería que amplía el salón y lo baña de luz natural.
A nivel decorativo, se apostó por una base neutra de color blanco. “Al tratarse de un piso con pocos metros cuadrados, debíamos aumentar la sensación de espacio como fuese, y un piso blanco y bien iluminado ya tiene mucho ganado”, confiesa Marilyn López de la Franca, interiorista que firma el proyecto junto a Miguel Ángel Piñeiro Sánchez-Pardo.
Los tonos rosas son los encargados de añadir una nota de color. ¿Cómo lo han hecho? Escogiendo textiles, pequeñas piezas de mobiliario, decoración y arte en esta gama cromática.