Te descubrimos uno de los últimos proyectos realizados por el equipo de Molins Design. Se trata de Tonet Apartment: una vivienda típica del Eixample de Barcelona situada en la frontera con el Barrio Gótico. Se encuentra en el piso principal de una finca antigua edificada a principios del siglo XX, en pleno auge del Modernismo en Cataluña.
Sus propietarios actuales son un matrimonio extranjero con una hija que estudia en Barcelona. Eligieron este emplazamiento por su vinculación cultural con la ciudad y han priorizado el elemento histórico por encima de la funcionalidad. Querían una casa moderna y cómoda y, para llevar a cabo el proyecto de decoración, han confiado en Molins Design.
Cuando el equipo de interioristas entró en la vivienda, se encontró con un piso que había perdido parte de la esencia propia de los inmuebles del Eixample como consecuencia de una reforma realizada con anterioridad. Se había prescindido del suelo hidráulico original y característico y se había cubierto con microcemento en tono muy claro.
Foto: Jordi Miralles
La intervención había apostado por la homogeneización global tanto respecto a los acabados como a la cromática. Con este criterio, se unificaron también las paredes y las molduras de los techos creando una nueva vivienda como un contenedor neutro. Como contrapunto, el equipo de Molins Design decidió poner de relieve un elemento original de la vivienda: la carpintería. Optó por quitar las capas de pintura y recuperar el estado natural de la madera. De esta forma, tanto las puertas y ventanas como los pasos de muro destacan en la actualidad en este entorno homogéneo aportando carácter.
La intención, por tanto, ha sido singularizar la vivienda con el proyecto de decoración. Para ello, el equipo ha seleccionado cuidadosamente tanto el mobiliario como los elementos decorativos. Los clientes, por su parte, pidieron incorporar obras de arte para imprimir personalidad al apartamento. Se han elegido piezas muy modernas (para contrastar con el inmueble) que aportan un aire vanguardista y cosmopolita a la vivienda.
Foto: Jordi Miralles
Se ha llevado a cabo asimismo una actualización de las instalaciones. La incorporación de aire acondicionado obligó a crear nuevos volúmenes en pladur y se ha aprovechado para introducir gestos particulares (como los arcos de medio punto) que dan una nota geométrica que evoca el diseño de finales de los años 70.
El piso, de 262 metros cuadros, presenta espacios generosos no solo por su amplitud en planta, sino también en alzado gracias la altura de sus techos. Además de las zonas sociales como recibidor, salón-comedor, galería y estudio, cuenta con tres dormitorios (tipo suite) y cinco baños. El proyecto también ha modificado la distribución para diluir un poco la estricta separación original entre la zona pública y la privada. En la parte intermedia, aprovechando las ventilaciones del patio interior, se encuentra la cocina y el recibidor. La galería, por otra parte, permite la entrada de luz y la ventilación cruzada abriendo las dos fachadas. El resultado es un piso luminoso en el corazón de Barcelona con una imagen contemporánea y personal para disfrutar cómodamente en familia y con amigos.