"Conocemos a la interiorista Virginia Gasch por su trayectoria profesional y la elegimos porque nos gusta su trabajo. Diseñar nuestra vivienda con ella y su equipo fue como hacerlo con un amigo que comprende nuestros historia y gustos para construir el hogar ideal, un fiel reflejo de nuestra personalidad y carácter. El entendimiento fue instantáneo, la experiencia fue increíble y no pensaríamos repetirla con nadie más. Sin duda, creó el hogar de nuestros sueños”, así de feliz habla la propietaria de esta finca en Madrid.
Y es que ya partían de una buena base, aunque necesitaba arreglos. Les gustó la amplitud y sus 220 m2, dado que les permitiría diseñar una distribución perfecta para disfrutar de su estilo de vida, además contaba con una pequeña terraza que rodea toda la casa y unos amplios ventanales, que le otorgaba muchísima luz. Supieron ver su potencial y sus posibilidades. “La casa resultaba anodina, no tenía ninguna personalidad arquitectónica, habían bajado los techos y contaba con un pasillo oscuro y de poca altura, por lo que el reto más motivador fue dotarla de alma y crear un hogar de estilo francés, que era el sueño de sus propietarios”, asegura la interiorista Virginia Gasch, fundadora de VG Living y autora de este proyecto de arquitectura e interiorismo.
Creamos hogares que transmiten emociones; nos encanta mezclar materiales, estilos y colores para dar lugar a universos ricos en matices
- Virginia Gasch, interiorista
Foto: Fhe.es Realización: Paloma Pacheco Turnes
Él es de origen francés; ella, española; y ambos comparten su amor por el arte y el bon vivre, les gusta rodearse de amigos y hacer cenas en casa, a la vez que disfrutar tranquilamente de su espacio en familia o saborear un rato de música en su salón al calor de la chimenea. Él soñaba desde pequeño con tener un piso de estilo parisino, de techos altos, habitaciones con mucho volumen, ventanales grandes, molduras y mucha luz. También ella es muy global. Así que, habiendo vivido en varios países, quisieron que la decoración fuera contemporánea y reflejara su cultura abierta e internacional. Y la interiorista se volcó en ello.
“La reforma tenía dos objetivos claros. Uno era mejorar la habitabilidad de la vivienda para el uso de sus propietarios; en este sentido, hicimos una gran cocina con office, dos salones –uno más formal y otro de entretenimiento– y tres dormitorios para que contaran con uno de invitados, uno para su hija y el principal (con vestidor y baño). El segundo objetivo fue estético, queríamos darle un aspecto elegante y clásico, de estilo francés. ¡Misión cumplida!”, asegura Virginia.