Esta masía del siglo XXI en el Empordà está diseñada en profunda armonía con el paisaje, manteniendo así proporciones equilibradas, materiales respetuosos y conscientes, y mediciones exactas para minimizar el impacto visual y medioambiental. Un trabajo que firma la interiorista y arquitecta Andrea Arqués, fundadora de A Studio.
Ubicada junto a un bosque, esta vivienda se integra completamente en el entorno. De hecho, se ha aplicado la arquitectura sagrada – que hace especial hincapié en la energía -, tomando como referencia la posición del sol y la latitud exacta de la parcela, y anclándose a la tierra de manera amable y respetuosa. Este juego de vibraciones y conexiones energéticas potencian una influencia positiva y armónica en el espacio.
La casa está compuesta por dos volúmenes principales intercalados en dos niveles: en el primero se ubica el recibidor y las zonas comunes como el salón – comedor, la cocina y un patio interior con una fuente diseñada ad hoc por la interiorista; en el segundo se encuentran los dormitorios y el vestidor. Ambos conectados a través de una escalera; una solución que facilita la transición entre los diferentes ambientes de manera fluida y natural.
Foto: Del Rio Bani
Siguiendo la pauta de vivir con lo imprescindible, el espacio está decorado con un aura casi monacal que da pie a la relajación y al descanso. “He perseguido la idea de funcionalidad que acoge y sosiega”, confiesa la interiorista. Así pues, ha apostado por materiales naturales, texturas cálidas y muebles a medida hechos de madera u hormigón. Todo ello siguiendo una estética minimalista.
En definitiva, una casa honesta y tranquila, que cuida de uno, ayuda a reencontrarse y a la desconexión, algo bien necesario en los tiempos que corren.