Vivir en la zona noroeste de Madrid, cerca de la capital, es todo un placer. Bien comunicada, con una gran cantidad de servicios y mucho espacio verde son las claves del éxito del que disfruta desde hace tiempo. Éstos, y poder edificar una vivienda a medida, fueron los motivos que decantaron la balanza cuando los propietarios descubrieron esta finca y decidieron comprarla para hacer crecer allí a su familia.
Se trata de un proyecto desarrollado desde cero por ÁBATON, que se encargó del interiorismo y el paisajismo, además de la arquitectura y la construcción. “El desnivel existente en la parcela, de aproximadamente 3.000 metros, permitió diseñar un hogar de dos plantas, ambas en contacto directo con el terreno.
Foto: Belén Imaz
El piso bajo, con su jardín orientado al norte y más próximo al acceso de la parcela, tiene su propia entrada y aloja la zona de invitados, gimnasio y otros usos secundarios, incluido el garaje; el piso alto, vinculado al espacio más amplio del jardín, agrupa todas las estancias familiares.
Dormitorios, salón, cocina, sala de proyecciones, porches… todas las áreas de esta planta están perfectamente ubicadas para facilitar el encuentro y la interacción de la familia”, asegura Camino Alonso, arquitecto del proyecto.
Una vez resuelto el espacio, la interiorista Miriam Arias desarrolló un trabajo minucioso de búsqueda de piezas, de diseño y muy funcionales, apostó por el arte (sobre todo, fotográfico) para lograr unos interiores impactantes y combinó con elegancia el color en los textiles para aligerar la dureza de la piedra de Campaspero en los pavimentos y optó por una colección de muebles de madera, algunos antiguos y de origen nórdico.
Foto: Belén Imaz
Mención aparte merecen los exteriores: un jardín natural con alberca y follaje autóctono.